Hoy, sin luz, te extraño

Éramos felices y no lo sabíamos. Tú y yo, inseparables, cómplices. Ya ocurriera en la madrugada o a media tarde, tocarte me hacía sentir tranquilidad, bienestar. ¡Cuánta tersura y firmeza al tacto! ¡Cuánta sobrada experiencia!

No importaba cuán difíciles fueran las circunstancias, aunque entonces vivíamos en pleno Período Especial y los incesantes apagones agotaban la paciencia. Tal vez por eso te recuerdo ahora, cuando el fluido eléctrico ha vuelto a tomar las de Villadiego durante largo rato.

El sol entra a raudales por las ventanas y es bueno ver la vida transcurrir varios pisos abajo: las personas caminan hacia el agromercado o el policlínico –¿en algún caso lo segundo será consecuencia de lo primero?–, los........

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