El deber es estar en sintonía con los clientes

Una práctica que falla frecuentemente en entidades adonde concurren cada día miles de cubanos para adquirir, principalmente, los alimentos

Una técnica que no debe fallar en los procesos de venta, en cualquier lugar del mundo, es la de enfocarse en la necesidad del cliente, persuadido para que compre y salga satisfecho, y a la vez el dueño del negocio cumple el objetivo de vender: esa es la regla. En Cuba hoy no sucede así. ¿A cuántos negocios de trabajadores por cuenta propia (TCP) o mipymes habrá entrado usted en los que prevalece una actitud similar a: “lo tomas o lo dejas; siempre vendrá alguien más a comprar”?

Explicar al cliente las potencialidades de uno u otro producto, denota conocimiento, pero, sobre todo, respeto. / Veneranda Rivera.

Funciona de esa manera porque tenemos necesidad, traducida en carencias de todo tipo y pobre canasta básica, demorada por las razones conocidas en la llegada de los alimentos esenciales. Son actores económicos que han creído saber bien lo que hacen en materia de ganancia, pero a muchos –no quiero pecar de absoluta– les queda pendiente una “asignatura”: Ética del vendedor. Digo asignatura, pues no todos pasan esa prueba esencial.

Opino lo siguiente: quien va a comprar un kilogramo de arroz, a precios entre 620 y 700 pesos, tiene derecho a saber hasta lo más elemental de ese producto indispensable en las mesas de Cuba. El medio kilogramo de frijoles negros cuesta 950 pesos, igual que las judías, mientras los colorados pueden rebasar los 1 000 pesos. A la hora de pagar esas cifras cualquiera se siente con el derecho a preguntar lo más........

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