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Ciencia como poesía

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06.02.2025

Investigador con dimensión de héroe

La ciencia es la encargada de descifrar la poesía de la naturaleza. Con ese lirismo, quizás no muy propio de personas que anidan laboratorios y recintos de investigación, se nos presenta este hombre que lleva el título de Héroe del Trabajo de la República de Cuba en el centro del pecho.

Así como Martí escribió que en los libros de ciencia encontraba poesía mayor, Eulogio Pimentel Vázquez concibe que “cuando un científico establece una hipótesis inicia un camino para descubrir la información en lo ignoto, luego el resultado. Ahí está el verso interpretado”.

La familia, inspiración y retaguardia. Junto a sus hijos Carlos, Rafael y Frank, y su esposa Diela. / Cortesía del entrevistado

Camagüey, barrio adentro

Una y mil veces recorre Eulogio los barrios de su niñez: Agramonte, Florat y Villa Mariana, en la ciudad de los tinajones. Lo hace solo o acompañado de sus hijos Rafael, Carlos y Frank, y siempre rememora la infancia ajustada y de austeridad vivida por él y su familia. Cada regreso a la semilla de su tierra natal le reporta emociones y fuerzas.

Fue en esos lugares donde comenzó la formación de esta persona de bien que desde hace más de tres decenios integra el ejército de hombres y mujeres de ciencias.

El embullo o primer enamoramiento por la ciencia ocurrió bien temprano; en ese ambiente de probetas, tubos de ensayo y microscopios donde laboraba su madre, Silveria Margarita Vázquez Xiqués. Entonces el niño se extasiaba con los trajines que encierra la analítica de un laboratorio.

La seducción llegó por medio de asignaturas con talantes de novias. Matemática, Física, Química, Biología…

“Quise estudiar en la Unión Soviética u otro país socialista en los años 80. Me atraían mucho la Física nuclear, la Radioquímica, la Radiobiología. No pudo ser. Entonces me di a la tarea de leer con detenimiento un folleto de orientación profesional, y de pronto vi una especialidad con cuatro matemáticas, cuatro bioquímicas, dos físicas, biofísica, bioenergética…Y me dije: esta me suena”.

La Habana, Camagüey, Barcelona…

Carrera en mano y la Villa de Puerto Príncipe en el corazón partió a la capital. Le esperaba un asiento en la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana para estudiar Bioquímica, y la conocida beca de 12 y Malecón por casa. Observar desde lo alto de una ventana el inmenso mar le motivaba sobremanera para iniciar cada jornada.

“Disfruté mucho esos años; asistí a funciones del ballet, de música clásica. Hubo tiempo para practicar deportes.”.

Un lustro pasa rápido. Ya en 1991 está de vuelta en Camagüey. Y qué mejor lugar para empezar que el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), conocido por él desde los años de estudiante.

No faltan proyectos de investigación. Ser seleccionado para cursar estudios por un año (1993-1994)........

© Bohemia