Mario Desbordes tiene ahora la responsabilidad de construir una comunidad educativa sólida y cohesionada. Esto no se logrará con amenazas, sino con políticas inclusivas y dialogantes, que ofrezcan soluciones reales a los desafíos del INBA.
El 23 de octubre de 2024, el Internado Nacional Barros Arana (INBA) vivió una tragedia sin precedentes en la historia de la educación pública chilena. Un grupo de estudiantes, mientras se preparaba en un baño del establecimiento para participar en una manifestación, provocó accidentalmente una explosión debido a la incorrecta manipulación de materiales peligrosos. El resultado fue 35 estudiantes con quemaduras graves, todos hospitalizados, algunos de ellos con el 30% de sus vías respiratorias quemadas, consignaba en una nota La Tercera.
Los profesores y funcionarios del INBA fueron los primeros en asistir a los heridos, demostrando un compromiso invaluable con su comunidad. Sin embargo, las secuelas psicológicas de este evento son profundas, tanto para los afectados como para el resto de la comunidad educativa, que ahora evalúa cerrar el año escolar de manera anticipada.
Este trágico suceso ocurrió en un momento particularmente sensible: cinco días después del aniversario del 18 de octubre, que conmemora el estallido social de 2019, y a solo cuatro días de las elecciones municipales. Es probable que estos hitos hayan servido de catalizador para las manifestaciones de los estudiantes del INBA, una institución emblemática por su activa participación en movimientos sociales.
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En este contexto, se ha generado un cruce de declaraciones entre Mario Aguilar, presidente del Colegio de Profesores, y Mario Desbordes, alcalde electo de Santiago. Desbordes, quien asumirá como sostenedor del INBA, ha........