El espectro del suicidio entre los menores de edad con cuestionamientos de género ha sido puesto al centro de un debate hostil. La magnificación de la suicidalidad promulgada por ciertos clínicos y activistas crea un efecto nocivo que exacerba el riesgo en jóvenes realmente vulnerables.
El peligroso argumento del suicidio
El argumento del suicidio convence a los padres, a los mismos niños y adolescentes y también a los terapeutas, coartando su libertad de aproximación a los casos.
La retórica ofrecida a los padres por parte de los promotores del modelo afirmativo entre “un hijo trans vivo o una hija muerta” es más que inexacta, éticamente cuestionable, dañando tanto a quienes están fuera de riesgo suicida como a quienes consideran que la transición aliviará esas ideaciones.
Incluso el documento “Suicide & LGBT Populations”, firmado entre otros por Human Rights Campaign, PFLAG, Transgender Law Center y GLAAD, promotores de la afirmatividad a edades tempranas, advierte en su punto 7 “No atribuir una muerte por suicido a un factor individual (como bullying o discriminación) ni decir que una ley o política anti-LGBT en específico podría ‘causar’ suicidio”.
Lee también... Comité del Minsal sobre terapias hormonales en niños trans: polémica por perfiles y parcialidad Martes 09 Julio, 2024 | 06:00El suicidio es casi siempre resultado de múltiples causas, incluyendo temas de salud mental que no fueron detectados o tratados a tiempo. Relacionar la muerte por suicidio a factores externos como el bullying, discriminación o leyes anti-LGBT puede normalizar el suicido al sugerirse que es una reacción natural frente a tales experiencias o leyes.
También puede elevar el riesgo suicida al arrastrar a individuos de alto riesgo a asimilarse con las experiencias de aquellos que “fallecieron por suicidio” (queda en suspenso aquello que........