Chile se enteró en 2022 que ese año sería excelente en utilidades y aportes al fisco derivados del litio. En 2024, a fines de año, Chile se entera que hay superávit de stock de litio y que el precio baja. ¿Hubo informes previos de los ministerios respectivos? ¿Hubo capacidad de prever aquello, tanto cuando fue una buena noticia como cuando fue un trago amargo? Si acaso existió la información, ello no se socializó. Si acaso no existió nunca la información, se trata de una falencia inexcusable.
No se trata de una crítica solo a este gobierno. Y no es una crítica solo nacional. En general los estados han dejado de lado la mirada estratégica.
Durante algún tiempo el mundo empresarial acostumbró a tener una mirada estratégica, anclado en sus bolsas de comercio y en las grandes industrias. Fue una época donde los expertos en estrategia tenían vínculos constantes con las empresas y estados, no solo para gestionar las crisis. Luego las empresas han reducido ese análisis, lo consideran poco relevante.
Paulatinamente la estrategia quedó como un uso privativo a nivel de grandes corporaciones. Tampoco duró mucho tiempo. Es asunto de observar la magnitud (la escasa magnitud para ser preciso) de las reformas posteriores al sistema financiero a la crisis de 2008. Después de las grandes crisis (como en 1929, como en 1973) el orden económico fue reseteado. No ocurrió en la última crisis. Si la inestabilidad financiera era el problema resulta que hoy el sistema está menos institucionalizado aún. De hecho, el sistema financiero actual ya no está definido principalmente por las bolsas de comercio. Hoy el sistema financiero es notoriamente dominado por fondos de capital privado que operan fuera de bolsas de comercio.
El siguiente gráfico muestra los fondos de inversión que son hoy más importantes que el jugo en las bolsas de comercio. Por ejemplo, solo BlackRock es más grande que la bolsa elctrónica Nasdaq completa. Y entre los tres primeros fondos de inversión suman la valorización completa de la bolsa de Nueva York.
Para decirlo en simple, todas las bolsas de comercio del mundo son solo la sexta parte de los derivados financieros. Ahí se juega el partido. Y ese partido los sistemas políticos no solo no saben jugarlo, sino que no saben dónde queda el estadio.
Desde la crisis subprime el aumento del tamaño de estos fondos de inversión es de alrededor de un 485% (2007 a 2023). Es así como la mirada estratégica que integra política y economía, al menos en Occidente, solo ha quedado inscrita en los grandes fondos de inversión.
Pero su mirada es cenital y el análisis de los casos (países) y de los procesos (tendencias) se analizan por separado, con lo cual se produce un escenario sencillamente lamentable: no hay ninguna estrategia que articule sociedad, política y economía. Esto produce una desventaja pavorosa para Occidente, ya que China sí tiene una estrategia integrada. Y los resultados están a la vista. China construye su imperio romano y Occidente disuelve el suyo.
El asunto es todavía más complicado. Mientras el orden mundial funciona aparentemente con los principios del Tratado de Westfalia (1648), que configura la forma del estado soberano sobre un territorio; en la realidad los estados son cada vez más incapaces de ser un factor relevante en la conducción de los destinos de ese territorio donde ejercen (nominalmente) soberanía. Es decir, el orden político mundial transita a una fantasmagoría: los países y sus autoridades son crecientemente un teatro, cada vez de peor gusto, sin importancia alguna.
Volvamos a Chile: litio y la oportunidad de los recursos naturales
Chile presentó el año pasado una estrategia nacional del litio. Probablemente sea una piedra angular del proceso futuro, pero si de estrategia se trata la pregunta es cómo Chile puede aprovechar lo que se señala mundialmente: que es el país con más oportunidades para la transición energética pues tiene el primer lugar del mundo en los minerales críticos para la transición energética.
Bloomberg ha calculado casi dos billones de dólares (billones en castellano, no su uso en inglés), superando por cuatrocientos mil millones de dólares a Australia. Y a eso hay que sumarle los mejores factores de planta en eólica y solar, también a nivel mundial. El desafío es grande y sin duda los minerales no bastan: la capacidad de producir energía debe ser capaz de convertirse en exportable. Todo esto........