La directora a cargo de infancia sale por la crisis de su gestión y el ministro que era responsable junto con ella da clases en una importante universidad catalana a partir de esa gestión. ¿El ámbito de la especialidad del curso? Infancia, por supuesto. Esta es solo la última ironía que nos depara la institucionalidad sobre NNA.
La infancia y las políticas públicas sobre ella están cruzadas por la ironía.
“Los niños primero” fue un eslogan que, sin ser privativo de Chile, se escuchó en nuestro país con fuerza por parte del gobierno de Sebastián Piñera y por parte del partido Evopoli en particular (aún está en su web, lo que agradezco). La ironía se cuenta sola.
La presencia pública de la temática no fue seguida por una voluntad política equivalente.
¿Ocurrió alguna vez que partiéramos la discusión presupuestaria desde la temática de infancia? No ocurrió.
El presente del Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia
“Mejor niñez” se llamó desde el 1 de octubre de 2021 a la institucionalidad que se hace cargo de vulneraciones de derechos de la infancia.
Se reemplazó así el uso genérico de Servicio Nacional de Menores, aunque en rigor se restringió dicha denominación para los casos de adolescentes infractores.
La conjugación de palabras ‘mejor niñez’ sonaba a ironía desde el principio, pero la esperanza es lo último que se pierde. Será lo último por perder, pero no es infinita. Y ya se perdió.
El nombre institucional en realidad era uno menos ostentoso y ambicioso, pero se usaba ‘mejor niñez’ por alguna razón comunicacional. Eso también cambió, sin mucho bombo (quizás se agradece) y finalmente se usa el nombre administrativo más sobrio: “servicio nacional de protección especializada a la niñez y adolescencia”.
Aunque el nombre sea más sobrio, la palabra ‘protección’ sí es irónica, pero no demasiado. De todos modos, la suma de las pequeñas ironías configuran un escenario plenamente irónico (esto da para una teoría).
Y es que hay más situaciones que ameritan la convocatoria del concepto de ironía. Una es que para saber qué hace esta institucionalidad, las personas recurrimos, en el siglo XXI, a su página web. Pero la página no está funcionando. En redes sociales hay algo de información. La siguiente imagen es la última información que fue publicada (28 de marzo).
¿#EnQuéEstamos en el Servicio de Protección? 🤔 ¡Entérate acá! 👇🏽 pic.twitter.com/7tP0S8J1aB
— Servicio de Protección (@servproteccion) March 28, 2024
Con el espíritu altisonante de la política actual podría yo vociferar indignado (o lanzarle una lata de tomate a un cuadro del Museo de Bellas Artes) en reclamación ante la presencia de eventos o actividades que podrían ser impertinentes o, en cualquier caso, poco relevantes.
No es la agenda de una institución en crisis, con problemas históricos de alta gravedad, que merece una intervención importante. Tampoco hay anuncios de que el sitio está en mantenimiento o algo.
Las ironías vienen desde atrás
Alguna vez me comentaron desde organismos públicos (me lo dijeron en 2015) que las autoridades de infancia de Chile eran las únicas en todo el sistema público que solían evitar los viajes a reuniones internacionales porque no había nada bueno que mostrar y, para ser más claros, daba vergüenza.
Claro que sí, daba vergüenza ver cómo crecía el PIB y cómo se profundizaban, al mismo tiempo, las crisis en cuidado de la niñez y la adolescencia.
Para decirlo más claro, ocurría que de pronto había gente que no quería un viaje a Europa porque nadie quiere ir a pasar vergüenzas. Las mismas personas, en cargos con aplausos, viajaban felices. Otra ironía.
La situación parece ridícula. Y lo es. Desgraciadamente no es broma.
El informe de 2022 de UNESCO sobre Chile (“ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA EN CHILE”) señala que:
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“Con la promulgación de la Ley sobre Garantías y Protección Integral de los Derechos de la Niñez y Adolescencia en marzo de 2022, Chile dio un importante paso para contar con un sistema integrado de normas jurídicas, políticas, instituciones y........