Gabiel Boric ha cortado el nudo gordiano. Todos le estamos mirando. Aún no sabemos si lo declararemos héroe o patético. La llave la tiene el tiempo. Y será así como se nos presentará ante nosotros el nuevo Gabriel: grandioso o disminuido, ho Mégas o quizás ho Mikros.
Hay días en que un líder se juega todo o nada porque la situación lo exige. Y hay días en que un líder se juga todo o nada porque se convenció que era un juego que valía la pena jugar.
Hay un caso emblemático de este segundo escenario. Ocurrió hace ya mucho tiempo, en la época de la expansión griega. Esta es la historia.
Aléxandros ho Mégas y el nudo de Gordias
Un campesino fue proclamado rey porque el oráculo dijo que sería rey el primero que entrara en la ciudad sobre un carro. Ocurrió entonces que un hombre, Gordias (personaje mitológico, no confirmado históricamente), ingresó a la ciudad (Gordio, que sí existió) en carro y, por tanto, fue proclamado rey.
Esto ocurrió en Frigia (hoy zona turca) y la ciudad donde supuestamente ocurrió era la capital. Estamos a 2350 años de estos hechos, si acaso ocurrieron. La historia del nudo la han contado grandes historiadores griegos, como Plutarco. Pero no era extraño que en estos relatos históricos hubiese uso de la ficción, ya que la narración sobre héroes suponía el uso de exageraciones que resultaran pedagógicas y políticamente funcionales. Volvamos a la leyenda.
El carro era supuestamente tan importante en esta historia que Gordias decidió entregarlo como ofrenda a Zeus. Para mayor solemnidad, ató el yugo del carro con un complicadísimo nudo, que pronto adquirió ribetes metafísicos y fue considerado imposible de desatar. Las personas, dice la leyenda, se agolpaban para intentar desatarlo, pero no podían.
A tal punto esta segunda leyenda superó a la primera, que pronto se consideró sabido que aquel que lograse desatar dicho nudo, conquistaría Asia.
Se asume que en el año 333 antes de Cristo, Aléxandros ho Mégas, conocido en estos lares como Alejandro Magno, arribó a la ciudad de Gordio y le fue presentada la leyenda y el nudo, frente a él. Le explicaron la historia. Aléxandros lo miró cuidadosamente y simplemente desenvainó su espada y lo cortó, ante la estupefacción de todos los presentes.
En ese instante el hombre que buscaba convertirse en héroe y gran conquistador se jugaba todas las cartas en un acto ridículo: o los presentes aceptaban que este hombre había vulnerado su gran leyenda y la había arruinado, haciendo un acto estúpido; o los presentes asumían que estaban ante un hombre al que las nimiedades no lo detenían y que comprendía que la actitud del líder, usurpador de tronos, es aquella que fue visible en ese día, cuando el nudo dejó de existir.
La historia decidió que Aléxandros fuera un grande, quizás el militar más reconocido, probablemente uno de los tres grandes emperadores expansionistas de la historia, reunido en tal categoría junto a Genghis Kahn o Suleimán. Y como la historia lo hizo grande, la decisión ante el dilema del nudo pasó a ser parte de la historia.
Esta última semana Gabriel Boric ha tomado la decisión de jugar sus cartas, gran parte de ellas, en la crisis venezolana. Ya había hecho avances, pero como en todo el proceso de este gobierno, el nivel de organicidad era discreto.
Boric eligió a Ucrania en el conflicto con........