La capacidad de autoflagelación, por no decir de autodestrucción, del fútbol español es increíble. No hablaré del tremendo lío de la Federación ni del ‘caso Brahim’, entre muchos temas, para centrarme en el arbitraje y más concretamente en la ausencia de Bellingham en Pamplona. El árbitro del partido del Madrid en Mestalla, Gil Manzano, sigue castigado después de su vergonzoso error. Esta es la mayor prueba de que el club merengue ha sido víctima de una terrible injusticia y que la reacción de Jude, después de ver su gol anulado, fue totalmente natural y lógica. Además, el propio acta del árbitro refleja que dijo “it´s a fucking goal”, eso significa que en ningún momento hubo insulto.

Sin embargo, el sentido común y la justicia no triunfaron en el Comité de Competición y hoy, por segundo partido consecutivo, el mejor jugador de la Liga no estará sobre el césped. Bellingham es la única gran estrella que queda en nuestro campeonato y parece que van a por él, tal y como lo dejó caer Ancelotti. El índice UEFA de España está en horas bajas, pero siguen tirando piedras sobre su propio tejado. Algo alucinante. Querido Kylian Mbappé, sé que, gracias a Dios, eso no te hará cambiar de opinión y que vestirás sí o sí la camiseta del Madrid, pero mira lo que te espera la temporada que viene.