El ecomunitarismo contra la "reeleccionitis": breves comentarios
Retomamos en estas breves líneas algunos conceptos que ya hemos manejado de paso en libros y artículos sobre un fenómeno que hemos llamado la "reeleccionitis", y que consiste en la práctica de muchos dirigentes de querer hacerse reelegir varias veces en sus mandatos, incluyendo el de la Presidencia de un país.
En Nuestramérica esa práctica, infelizmente, también se ha hecho presente en procesos de cambio que se han autodenominado "progresistas", e, incluso, en algunos que por lo menos episódicamente han levantado la bandera del "socialismo del siglo XXI" y/o del Buen Vivir en el seno de Estados Plurinacionales.
Ahora bien, esa práctica compromete de varias formas la sana vida democrática de cualquier comunidad.
La misma se confunde con el culto de una persona, que se presenta y se asume como insustituible y dotada de cualidades casi divinas, incluyendo la infalibilidad. Y es obvio que esa (auto)percepción es errónea, pues ningún humano es infalible ni insustituible en cualquier función comunitaria. Y además esa (auto)percepción va siempre asociada a prácticas cada vez más personalistas y dictatoriales del (auto)percibido como infalible y/o insustituible, que minan la sana vida democrática comunitaria y postergan la solución de serios problemas que la aquejen a lo largo de los mandatos de tal personaje.
Al mismo tiempo, en esas circunstancias se crea en torno a dicho dirigente un grupo de adulones oportunistas (aunque también puede haberlos sinceros) que se transforman en una casta privilegiada en la medida en que acaparan las instancias de poder y los privilegios (legítimos y de los otros) a ellas asociadas. Y así, la vida democrática comunitaria se ve totalmente alterada pues pasa a ser en la práctica un juego de apariencias dominado por una persona y una casta. (Recuérdese que hemos definido el "poder" como la relación social asimétrica que existe entre quien decide y quien no decide).
Notemos además que no raramente esa casta se erige como una clase socio-pseudoproductiva por el hecho de apropiarse directamente de medios de producción, o por la circunstancia de administrar de forma continuada las empresas y/o negocios estatales (a nivel nacional, y/o regional y/o local), por lo que usufructúa de privilegios materiales y de otros tipos en relación al ciudadano común.
Al llegar a ese punto la sociedad en cuestión, lejos de caminar hacia la extinción de las clases sociales, padece bajo el dominio de una nueva clase dirigente y de su máximo exponente.
Y obviamente, la instalación de esa nueva clase, cuyo principal objetivo es la manutención de su poder, frena los cambios que deberían encaminar a la comunidad hacia la extinción de las clases y del Estado, mediante la libre asociación de los productores libres que realizan su Buen Vivir.
A la entronización duradera de un dirigente y de la casta que lo adula, lo secunda y se beneficia de ese rol, contribuye en los tiempos actuales una masiva, reiterada y machacona........
© Aporrea
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