Bolívar, Precursor inconsciente de la descolonización y decolonialidad. Monólogo a 195 años de su partida

El escenario es un espacio atemporal, entre la historia y el pensamiento. Simón Bolívar, con su uniforme de gala desgastado, mira hacia un horizonte que es a la vez la llanura venezolana y un vasto auditorio de ideas. A su alrededor, como emanaciones de la memoria y la teoría, aparecen las presencias intelectuales de Aníbal Quijano, Enrique Dussel y Walter Mignolo. No se hablan directamente, sino que sus reflexiones se entrelazan en un monólogo colectivo.

Bolívar: (Con voz cansada pero intensa) No liberé solo para cambiar de amo. No cambié un rey por virreyes criollos. Soñé con un mundo aparte… “Un pequeño género humano”, lo dije en Angostura. ¿Pero cómo gobernarlo? ¿Con las leyes de Montesquieu? ¿Con el contrato de Rousseau? Ellos no conocían esta tierra fracturada por la conquista, este crisol de razas oprimidas y miradas despreciadas.

Quijano: (Voz analítica, surgiendo de la penumbra) Eso que pensaste, Libertador, sin nombrarlo, es la colonialidad del poder. Es una mirada “otra”, más allá de la administración española. Miraste el patrón ideológico: la idea de raza como jerarquía, que ordena y jerarquiza el trabajo, el saber, hasta el deseo. Al llamar “usurpadores” a los españoles, desnudaste la mentira de su superioridad colonializadora. Pero el patrón… es tenaz. Sobrevivió y aun hoy sobrevive a las independencias.

Bolívar: Sobrevive… ¡Lo vi! Por eso en Jamaica clamé: “El lazo con España está roto”. No quería pensar nuestra América con sus categorías. No éramos bárbaros sin historia; éramos y somos una herida que debía y........

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