Gracia económica prodigiosa y desgracia económica capciosa
Gracia económica prodigiosa y desgracia económica capciosa. Agora ahora hogaño, aqueste este cura ignaro raro cleuasmo asno, que no ha de ser ni fechero ni fichero, se sujeta al pintor antiguo Apeles, de Colofón, 330 años antes de Cristo: "¡Zapatero a sus zapatos!". A mas y a más, este cura ignaro raro cleuasmo asno, trastrocara y violentaría planos espacios temporales que ningún escritor serio, lo haría. Y, como tengo dicho, o sea y es decir, decir la gracia económica prodigiosa y la desgracia económica capciosa, es tanto como decir la usual economía laboral y la inusual economía artificial. Es tanto como decir la ordinaria economía laboral y la extraordinaria economía artificial. Es tanto como decir el milagro económico laboral y el onagro económico artificial. Es tanto como decir el milagro económico agropecuario y el onagro económico excremento del diablo. O sea y es decir, decir la industria agrícola prodigiosa y la industria petrolera capciosa. Asina ansí así, la gracia económica prodigiosa y la desgracia económica capciosa. Agora ahora hogaño, pensar en la chorrera migratoria de gente que pasara del campo a la ciudad en Venezuela con el surgimiento de la explotación petrolera, hubo da ser un indicador del desajuste y desequilibrio en la economía venezolana, que otrora fuera equilibrada de entre la ciudad y el campo. La ciudad comía lo que el campo producía. Y, esto hasta endenates, mas y más, endespués, esto cambiaría diametralmente con el hallazgo del petróleo. Al punto que todo lo que comiéramos y consumiéramos los venezolanos, era de importación, o sea y es decir, decir una economía de puerto con chequera petrolera, o sea y es decir, decir del milagro económico agropecuario al onagro económico excremento del diablo. Que es tanto como decir, decir la gracia económica prodigiosa y la desgracia económica capciosa.
Con digresión y sin digresión, la gracia económica prodigiosa y la desgracia económica capciosa. Agora ahora hogaño, endespués de 120 años, Venezuela, por primera vez produce lo que los venezolanos consumimos. Y, en esto, ha de cumplirse lo del Eclesiastés, o sea y es decir, fuimos un país agrícola, somos un país agrícola y seremos un país agrícola. Tal cual se pinta en el escudo del estado Cojedes, o sea y es decir, decir que he sido agropecuario soy agropecuario y seré agropecuario. Asina ansí así, asiéntase y es de acentuar en el hermoso escudo cojedeños. Como un decir histórico que vuelve como una eterna noria notoria de la historia. Con su famosa consigna latina ADSUM. ADSUM, que el país, jamás y nunca debió perder su presente presencia agrícola, que........
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