Estar con una revolución socialista es un compromiso personal por cambiar la sociedad, saber cuáles son las perversiones de la sociedad capitalista que nos afectan de forma negativa, y las motivaciones que las avivan. Hay que saber más de nosotros mismos si queremos conocer al monstruo con el que luchamos.
Hacer una revolución es superar muchos hábitos personales negativos, vicios que juzgamos repulsivos, cuando los vemos fuera de nosotros, quizás ese es el sacrificio personal que hay que hacer por la revolución socialista, vernos reflejados en la sociedad que tanto criticamos. Es duro conocer cómo funciona dentro de uno mismo la mecánica de la injusticia, el sentimiento de la desigualdad, de la indiferencia, el odio, la flojera, entender esa lógica, si es que la tiene. Para un soldado de la revolución socialista es importante saber por qué la masa es arriada con tanta facilidad hacia el egoísmo y el odio, es manipulada sin mucho esfuerzo; debemos reflexionar mucho sobre nosotros mismos para reconocernos en la masa y afinar la lucha.
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Las motivaciones
Hoy es difícil llevar una vida modesta y honesta sin sentir vergüenza, a eso nos obliga el capitalismo, a la vergüenza. Controlar los vicios del capitalismo es penoso pero más aún es saber que los tenemos, y el más grande de todos esos vicios, para nosotros, es tener que mentir y mentirnos para no sentir vergüenza. El capitalismo es la sociedad de la mentira y de la vergüenza.
La primera mentira del capitalismo es que todos podemos hacernos ricos y llenarnos de lujos, todos podemos ascender en la escalera social. La democracia del capitalismo nos promete que todos podemos hacernos........