Elecciones europeas: crece la extrema derecha en una Europa embarcada en el militarismo

Todos los pronósticos auguraban un crecimiento de la extrema derecha y así ocurrió. Las formaciones que integran los dos grupos de las extremas derechas, más partidos no inscriptos a ningún grupo como Alternativa por Alemania sumarían un 25% del total de los votos (habían obtenido un 18% en 2019).

Los resultados son desiguales. La extrema derecha ha quedado como primera fuerza en Francia, Italia, Austria, Hungría y Bélgica. Y sube a segunda fuerza en Alemania, superando al SPD. Es decir, que se transforma en una fuerza política determinante en los tres países con más población y que son las economías más importantes de la UE. El triunfo de Le Pen en Francia ya ha provocado una fuerte crisis política. Un Macron acorralado ha disuelto la Asamblea Nacional y convoca a elecciones legislativas anticipadas para intentar recrear un frente "anti Le Pen" al que se sumen el resto de fuerzas políticas.

El nuevo Parlamento europeo, con un total de 720 eurodiputados queda conformado de este modo: 185 para el Partido de los Populares Europeos de la derecha tradicional (suben 3 respecto a 2019), 137 para los socialistas (pierden 17 respecto a 2019), 80 los liberales (pierden 28), 52 los verdes (pierden 22). En el flanco de la extrema derecha, suman 73 los Conservadores y Reformistas, grupo liderado por Giorgia Meloni y del cual es parte VOX (ganan 11 escaños). El grupo Identidad y Democracia, liderado por Marine Le Pen, alcanza 58 escaños (pierden 15, pero eso se explica porque Alternativa por Alemania fue expulsado y ahora va como no inscripto). Los parlamentarios no inscriptos suman 46, (17 pertenecen a Alternativa por Alemania y el grupo de La Izquierda, 36 (pierden 5).

La crisis del proyecto europeísta

Como primera lectura, salta a la vista que los que más pierden son los socialistas, los liberales y los verdes. Es decir, el ala "liberal y progresista" de los partidos del "extremo centro", que han gobernado las instituciones europeas junto a la derecha tradicional en los últimos años. Este sector pierde un total de 67 escaños en el Europarlamento. Mientras que la extrema derecha, si se toman en cuenta los escaños de los dos grupos y los de Alternativa por Alemania, alcanzan 148 escaños, 10 más que los socialistas europeos.

La coalición formada por los Populares Europeos, los socialistas, los liberales y los verdes puede seguir gobernando la UE, ya que suman el 63% de los votos. Sin embargo, es un hecho es que la política de "contener a la extrema derecha" tomando su agenda racista y xenófoba no ha funcionado. Más bien, le ha abierto las puertas.

Si hace 10 años, la "novedad" de las elecciones europeas fue el ascenso de Podemos, Syriza y la izquierda reformista, que lograron canalizar y desviar los procesos de la lucha de clases hacia la vía electoral, su integración en los Estados capitalistas de la UE durante el último ciclo político ha llevado a grandes frustraciones. Decepción que, en muchos casos, se ha expresado en abstención electoral o giro a la derecha en parte del electorado.

Por otra parte, quizás lo más significativo es que los resultados de Marine Le Pen en Francia y de la AfD en Alemania, indican un "voto castigo" (por derecha) a los Gobiernos del eje franco-alemán que ha embarcado a la UE en un alineamiento incondicional con la OTAN, la guerra de Ucrania y el rearme militarista. En este punto, se expresa una crisis muy importante del proyecto europeísta.

La subordinación de la geopolítica europea a Estados Unidos y la........

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