Tener o no tener razones para vivir

En una sociedad, la occidental, cuyo motor de funcionamiento está por encima de todo en la economía; una sociedad que no busca un regulador de la vida individual y colectiva más noble, porque es la materialidad de las cosas y el cuánto de lo que poseen las personas lo que se valora; una sociedad que ha consumido la mayor parte de su historia en guerras primero dinásticas, luego de religión y luego ideológicas encubridoras de motivos económicos; una sociedad que, con excusas que no convencen ni a un niño de pecho, arrasa naciones y siega vidas que se cuentan por millones cuando, después de la segunda guerra mundial, creíamos que en adelante la guerra sería un avatar raro y aislado de sociedades atrasadas…

En una sociedad, ésta, la española, que ya no reconozco como mía, de la que en diversos aspectos me siento expatriado y psicológicamente desconectado incluso de parte de mi abundante familia femenina… Y todo en tiempos en que la mutación del clima apenas permite distinguir las estaciones del año, en los que la escasez e incluso la falta del agua y de las cosechas están a la vuelta de la esquina en todas partes…

En una sociedad, ésta, la española de la política y la Medicina, en la que la mezcla de hipocresía y de cinismo en la misma persona del político es otra rareza........

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