Kristi Noem: “has to go”

Pero que buena vaina con estas gringas. No bailan pegao la música latina y, menos un popurrí venezolano. Ni ríen por ariscamente secas de armonía. Les encanta matraquear y, disparar a quema ropa con balas anticonceptivas que hieren sin molestia. Se drogan y el culpable de su vicio se lo atañen a Periquito Real. Juegan a hurgar incomodidades. No se empatan con los venezolanos porque son cabezones de cuello largo y, a ellas ni con un tumbarrancho. No saben bailar joropo y ahora conocen El Mar Caribe a través de los videos que Trump les ofrece para que vean sus hazañas por "la ley de Bayona". Y ellas cuando se van, nadie sabe adónde irán a parar, porque El Cielo y el Infierno les queda pequeño, ya que la cadena de su torpeza vivencial es demasiado grande. Y véanse en ese espejo.

Juntarse con una gringa es perderse en el horizonte de las confrontaciones por carismáticas de intersección de ni positivas ni negativas en el plano de la concordia. Y además, hacen el papel de la alfombra roja de déjame pasar y siempre a la orden.

Kristi Noem, mujer de poder absoluto ella, como secretaria de seguridad nacional de Estados Unidos. Ni estira ni encoge, más bien se ensancha con la jerarquía gubernamental que le dio Trump que pareciera que todo se resuelve en un día: no sabiendo que el que la hace la paga por más poderosa que se crea y, por más brincos que dé hacia adelante que........

© Aporrea