La normalidad del genocidio

Es sorprendente la capacidad de adaptación de los humanos, tanto para lo bueno como para lo malo. Algunos seres viven cerca de una alcantarilla y no advierten el desagradable olor emanado desde la sentina, quiere decir, que se acostumbraron a la fetidez sin que esto le perturbe la forma de vivir. Tal experiencia se puede extender hacia otras formas de agresión, tal como la bulla, los malos tratos, la falta de libertad, el peligro, entre tantos, que generan conductas acomodaticias entre los agredidos que ya no le causan molestias.

Muchos feligreses de diversas religiones se acostumbran a la hegemonía que ejercen los jerarcas de la iglesia y aceptan de forma estoica numerosas imposiciones teológicas por aquello de la fe y que no pueden ser discutidas. Por ejemplo, admiten el pecado original y bautizan a sus hijos por las culpas de Adán y Eva, dos seres mitológicos inventados por algunos pastores, quienes en su narrativa condenaron a las futuras generaciones a pagar por un pecado que no cometieron. Tal conducta, la del pecado, es considerada como indiscutible y para redimirse se tendrá que bautizar a un niño que no sabe el significado de tal sacramento. Es el procedimiento "normal" para borrar el pecado original heredado de Adán y Eva y necesario para la salvación.

Cuando las personas comienzan a normalizar las conductas, por lo general, no advierten que tal "normalización" ha sido impuesta, entendiéndose por esta como el proceso de ajustar o adaptar ciertas características en un producto, servicio o procedimiento con el fin que estos se asemejen a un tipo, modelo o forma común. En términos generales, la normalización se refiere a la organización y estandarización de datos, procedimientos y sistemas para asegurar que cumplan con ciertas normas y especificaciones. En el caso del bautismo, la Iglesia Católica organiza a los feligreses y estandariza los datos y procedimientos que le aseguren formar nuevos católicos de acuerdo con los cánones establecidos.

En materia social las grandes industrias y sectores políticos poderosos han normalizado la estupidez y para tal fin organizan a miles de millones de personas para que estos se asemejen a un tipo o modelo común. Seres que den las mismas respuestas ante un mismo estímulo. De manera tal que los estúpidos no adviertan de sus estupideces, ya que esta es la norma común de conducta. Es por eso que se........

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