La incompetencia es la falta de capacidad de una persona, de un organismo o de un ejecutivo para realizar un determinado trabajo. Este término está asociado con la ineptitud, torpeza, ineficacia, inutilidad, negligencia, nulidad, cuyo antónimo es competencia y aptitud. No se por qué razón, cuando pienso en incompetencia me viene a mi mente algunos políticos, tanto el ámbito nacional como en el internacional, sin embargo, también me viene a mi pensadora algunas instituciones.
Según los sociólogos y antropólogos, el homínido se hace inteligente cuando comienza a fabricar objetos con sus propias manos, es decir, en transformar un cuerpo tomando de la naturaleza, por ejemplo un hueso, una piedra, un trozo de madera para fabricar un arma, un recipiente, un utensilio útil que lo aliviara del trabajo duro, que le serviría para lidiar con los desafíos de la naturaleza. Por ejemplo para cazar, esquilmar una piel, trocear un pedazo de carne, pescar, tallar una piedra o una pieza de madera, entre tantas necesidades. Cuando esto lo logra el futuro humano comienza hacerse competente para ser capaz de resolver problemas. Dicho de otra forma, los desafíos que se le presentan los va resolviendo de acuerdo con la inventiva y de su capacidad para moldear objetos y transformarlos en algo útil.
Pasado millones de años el humano comprendió que para lograr esto con mayor acierto, aquellos que lo hicieron se lo enseñaran a otros, surgiendo de esta manera los primeros tallistas o maestros artesanos que instruían a otros en el logro de tales menesteres. Era necesaria la capacitación de otros miembros de la comunidad para poder fabricar más objetos útiles. Tales enseñanzas dieron lugar a las llamadas escuelas y universidades cuya función era formar personas aptas o competentes en el desempeño de un trabajo o una gestión. Esto derivó, como consecuencia de la formación de individuos idóneos, en la fundación de instituciones o universidades competentes, aquellas entidades que preparan estudiantes capaces de desempeñar en el futuro una actividad.
En términos generales, una institución competente es aquella cuyos miembros son capaces de hacer algo beneficioso. Es por eso que la sociedad, ya no solo se preocupa por fundar colegios y universidades competentes para formar buenos profesionales, ahora se necesitan que tales........