Macron y Francia repiten la historia de Assange y desean bajar a la Cuenca del Caribe con sus acorazados

Las expectativas de una vida distinta observando el futuro, se expresa tácitamente en el Cono Sur, ante el enfrentamiento de las izquierdas entre sí. Donde existe una articularidad de los contenidos ideológicos antiguos, contra la conciencia moderna que ha visto una forma muy particular de ver el mundo globalizado, y la entrada del Nuevo Orden Mundial en su primera fase 2026- 26. Colocando al Nacionalismo en un verdadero hito social.

Por delante, encontramos un conjunto de interrogantes en una suerte de Estado, para definir la noción de identidad. Es una respuesta que exige dos dimensiones para su explicación: la teórica y política. La primera, vemos a la izquierda en el planteamiento de algunas vocerías que buscan lograr la desconstrucción del Estado- nación. Con enfoques capaces de sacar de cuajo un término dado por el pueblo, al considerarlo inadecuado. Es un movimiento interno en las toldas políticas que buscan asemejarse en su descripción, a la necesidad de borramiento de cualquier carácter positivo que beneficie a las comunas, y solo estimula la riqueza, conflictividad y precariedad a los grupos dominantes, en su momento indicado porque saben utilizarla diálectica y sus diferentes categorías.

La segunda apreciación, nos conmina a establecer el conjunto de problemas con el que se relaciona el concepto de identidad. La misma reside en la centralidad de las cuestiones agenciales y las políticas de orden y servicios públicos. Es una compleja posición e intricada que, ocupa el plano discursivo, quien funge de gobernante, cuyo séquito da una imagen desconcertante, porque todos atienden a un solo proyecto de concertación social y militar, porque ellos manejan las dismetrías políticas.

Desde lo antiguo la filosofía se erige como la fuente que permite ordenar conjuntamente el pensamiento y el mundo, y se afirmará a través de ese gesto como la fuente del más alto poder, a saber: poder de distinguir la jerarquía entre partes – por ejemplo: en una comunidad saber quién debe mandar y quién debe obedecer – evitando el surgimiento del conflicto entre los elementos que componen un mismo cuerpo (PLATÓN Rep. IV 431e). Así, la idea de organismo, funcionando bajo la concepción griega metafísica teleológica, constituye la clave de esa jerarquía aparentemente "natural". Pues aquello que dice el conocimiento de los arkhai, es que en un organismo no habrá confusión entre sus elementos y partes constitutivas, porque cada parte yace "naturalmente" comprometida en el plan que asegura la "salud" general del organismo (Cf. PLATÓN Rep. IV 443b). Esta metafísica con múltiples transformaciones duró hasta la modernidad en gloria y majestad. Descartes y Kant le dieron el estatuto mismo de la normatividad clara y distinta para que la ciudad se organizara como un cuerpo donde

cada parte se constituye como miembro de un todo mayor que siempre opera como centro de todos los centros (Dios, Ley, Deber, Sujeto, Clase,........

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