Nota; El presente trabajo forma parte de mi libro sin editar, "Golpes de Estado en América Latina". Como se lee en el título hace referencia a Pablo Neruda y al vulgar, represivo, tratamiento dado al gran poeta chileno, premio Nobel, aun en el momento que era trasladado de gravedad en una ambulancia a un hospital.
Pero también el caso de Eduardo Frei Montalva, jefe de la extrema derecha de la Social Democracia chilena, el mismo que se opuso que su partido, entonces bajo el control de Radomiro Tomic, apoyase en el Congreso la escogencia de Salvador Allende, quien había encabezado las elecciones en la primera vuelta, asunto que tratamos en entrega anterior, según el link : https://www.aporrea.org/actualidad/a334276.html. A Frei, la dictadura, pese haber participado en el golpe y dado apoyo por cierto tiempo a la misma, esta se lo "llevó en los cachos", tanto que hay serias evidencias que fue asesinado por sus "socios en el golpe". Su hija así la denunció ante el mundo.
Y este tratamiento dado a Eduardo Frei Montalva, es el mismo dado al senador Esteban Trueba, en la novela de Isabel Allende "La casa de los espíritus", lo que no por tratarse de una novela, es ajeno a la realidad.
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Alguien contó que, Pablo Neruda, recordaba las fuerzas del franquismo, como decir las del nazi-fascismo, quemando libros con odio y hasta con temor y también, como aquel régimen surgido después de la derrota de los republicanos españoles, dio muestras de terror a la poesía, por lo que se manifestó cruel con Federico García Lorca y agrega este escribiente, con Miguel Hernández, por sólo nombrar dos de las voces más altas envueltas en aquellos acontecimientos.
"Una de las experiencias más dolorosas de mi vida fue la quema de los libros que se hizo en el zócalo de la Facultad de Medicina. Hay que quemar todo lo que huela a marxismo, decían los militares".
Esas palabras fueron pronunciadas por la Dra. María de la Fuente, académica de la Escuela de Salud Pública de Santiago. Otros personajes declararon en abundancia cosas como estas:
"A mí me allanaron la casa, me quemaron los libros……"
Fue esa una práctica habitual, persistente y hasta festiva que se aplicó en Alemania, luego en España y por carabineros y policía política chilena una vez derrocado Allende.
En aquellos días cuando las fuerzas represivas recorrían las ciudades chilenas, allanaban cuanto espacio les resultase sospechoso, detenían de manera indiscriminada a ciudadanos y saqueaban bibliotecas, lanzaban los libros a la calle y con ellos hacían enormes hogueras. Parecían convencidos que en ellos estaba la culpa de la rebeldía popular y que constituían armas poderosas, herramientas eficaces a las que había que "neutralizar". Eran los libros las "Brujas de Salem" y una manera cómo las clases dominantes, a través de aquellos cuerpos represivos, desataban su odio y temor a la verdad. Esto me hace recordar una frase, creo que de la película "Queimada", de Gillo Pontecorvo, donde protagonizó Marlon Brando, en la cual se dice un poco quizás procazmente, "las ideas son como las ratas, el barco se hunde, pero ellas llegan a puerto seguro, montadas en alguna tabla".
La crónica periodística de Venezuela de los tiempos de Betancourt y Leoni, por sólo nombrar estos dos personajes y gobiernos, está llena de relatos más o menos parecidos a este: "En la madrugada, la policía política, Dirección General de Policía (DIGEPOL) detuvo a cuatro subversivos. Uno de ellos, identificado como
fulano de tal, mayor de edad y tres menores. En el allanamiento se les incautó material tan peligroso como pintura, brochas y abundante literatura subversiva. De esta, se........© Aporrea