San Nicolás, la cultura del petróleo y el gorro rojo y blanco de las navidades

Somos una nación plural en lo cultural, étnico, lingüístico, con presencia indígena africana, europea, latino caribeña, somos una mezcla. Presente en nosotros lo múltiple, lo mestizo, todas las latitudes en esta tierra bolivariana. Es la pluriculturalidad lo que nos define, como una nación solidaria, receptiva, soberana, humanista, no discriminatoria, alejada del racismo y amable desde antes de la llegada del asesino navegante en 1492.

También hemos sido y somos una nación de resistencia, de combate, de lucha, cuidadosa de nuestros valores, de nuestra cultura, de nuestras tradiciones, de nuestra tierra.

Nuestra historia de lucha también ha sido pluricultural, he ahí Guaicaipuro y luego los aborigenes jirajara junto al negro Miguel. Indígena y africano, los mestizos convertidos en un solo hombre y una sola mujer combatiendo, resistiéndose a las encomiendas, los repartos, la esclavitud, los maltratos, las violaciones, las armadas, los rescates, requerimientos, a los empalamientos, a los oidores, oficiales reales, virreyes, a los veedores y la real audiencia, a las capitulaciones, a la granjerías, el almiratazgo, a los Welser e ibéricos, al arcabuz, la pólvora, los mastines, y a las coces de las bestias.

En esa lucha hemos defendido a muerte nuestros valores, nuestras tradiciones, nuestra libertad. Valores propios, originarios, autóctonos, pero al discurrir los años, los siglos, la mezcla, el mestizaje ha incorporado nuevas tradiciones, que se han integrado y pertenecen a nuestro acervo y patrimonio cultural, que nos identifica como pueblo, manifestaciones originarias, únicas que debemos conservar cuidar y enaltecer al ser parte de nuestra identidad social y cultural. Su importancia está en que perder o menoscabar nuestra identidad cultural, como pueblo, es perder soberanía, independencia, es pensar y actuar con la atropellante y brutal hegemonía de lo........

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