España ha renunciado a su soberanía. Las entidades estatales poseen soberanía plena o, por el contrario, existen simplemente como colonias y protectorados de otras que sí la tienen; no hay término medio. La soberanía "atenuada", al final, no existe. La soberanía controlada por un hegemón extranjero es una soberanía, falsa, reducida al plano de la ficción jurídica. El concepto de soberanía se asemeja al concepto de vida: o estás vivo o estás muerto. Uno puede sentirse gravemente enfermo, estar agonizando, pero mientras hay vida la vida se vive. Aun cuando exista el dolor y falte la esperanza, hay vida. Un país pobre, pero decidido a resistir, conserva soberanía. No es el caso de España.
En España no hay vida económica propia, y tampoco hay iniciativa política. No hay soberanía y la entidad estatal llamada oficialmente "Reino de España" ya no existe de facto. En muchos artículos vengo afirmando que somos colonia a triple nivel: colonia de Estados Unidos, colonia de las franquicias que los yanquis han creado en Europa, a través de Francia y Alemania y, finalmente, colonia de Marruecos.
Esta inexistencia de vida económica propia, así como inexistencia política, de facto, supone un vacío. Un vacío de soberanía. Cuando las instituciones del Estado van perdiendo progresivamente su legitimidad, aun cuando esta legitimidad ya de origen era una legitimidad cuestionable, el Estado va dejando un vacío. Deja de haber Estado: se sigue una inercia ficticia.
España como Estado democrático "emanado", a fin de cuentas, de un 18 de julio de 1936, y de una guerra civil que dio paso a una dictadura siempre tendrá una espada de Damocles. La democracia puramente formal, oligárquica en realidad, es fruto de esa misma dictadura que, muchos años más tarde, decide "hacerse el harakiri" con la Reforma Política y la redacción de una Constitución demoliberal, es una democracia que -ni siquiera en su formalidad- no cuajó. No funcionan las instituciones: las minorías prevalecen sobre las mayorías (chantaje de los nacionalistas vascos y catalanes, imposiciones de colectivos exiguos como los radicales del sexo bizarro, etc., falta de separación de poderes, etc.). España hoy un Estado fallido.
España se reconstituyó en una entidad en sí cuestionable a ojos del hegemón y del gran Capital, para regocijo y ventaja de ellos. Los Estados Unidos aprovecharon los huecos, llenaron el vacío con sus injerencias y la colaboración necesaria de los otros niveles (europeo y marroquí). El sistema partitocrático, la (des)organización territorial autonómica y el separatismo son, todos ellos, elementos aptos para hacer hueco y difuminar la soberanía nacional.
1-La legitimidad de origen del Régimen del 78 fue, cuando menos, cuestionable. Gran parte del entorno franquista, a excepción del llamado "búnker" había sido cooptado por los norteamericanos. La CIA pilotó la llamada "apertura" y después, la muy glorificada "transición". Se trataba de ampliar las oligarquías. A las oligarquías franquistas había que añadir otras nuevas, con fuertes vínculos financieros en Europa y Estados Unidos, para así transformar el Estado Autoritario en una democracia liberal, guardando las apariencias formales de las otras democracias de Occidente. Las apariencias formales, incluso, ya están desapareciendo con el mandato de Pedro Sánchez.
2-La legitimidad en ejercicio, la del Régimen del 78, llegó a ser nula en cuanto que la........