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En materia laboral, aprendamos de las lecciones positivas de México, Brasil y Colombia

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“Necesitamos un movimiento obrero autónomo, que no sea manipulado por nadie, que no se deje manipular por las cúpulas, pero tampoco por sectores del Gobierno ni de los partidos políticos; un movimiento obrero que esté subordinado a un gobierno sería como un ave a la que se le corten las alas, ustedes deben formar un movimiento obrero revolucionario, popular, autónomo”. Hugo Chávez. (*) 

Si bien es cierto, las comparaciones muchas veces no son adecuadas puesto que cada país tiene un ritmo, una economía y unas circunstancias particulares, también lo es que  con gobiernos con modelos sociales similares, si se pueden establecer parangones respecto a la evolución de los mismos, a la toma de decisiones y a examinar adecuadamente quienes se benefician socialmente con sus políticas.

En el caso de Venezuela, ya de todos y todas es conocido que desde el inicio mismo del gobierno bolivariano (incluso antes) el imperio estadounidense, los gobiernos de derecha continental y europeos, la oligarquía nacional e internacional, los medios de manipulación social, desarrollaron múltiples formas de tratar de deshacerse (violentamente o por las vías de la democracia burguesa) de Chávez y su proyecto de inclusión social, de construcción e una sociedad justa, equitativa y solidaria que, sin embargo, se mantuvieron para satisfacción del pueblo antes excluído. Aun aceptando que las sanciones económicas, el bloqueo o las Medidas Coercitivas Unilaterales de Estados Unidos hacia nuestra Patria han afectado enormemente los ingresos públicos, también lo es que las políticas que el gobierno venezolano, sobre todo el de Nicolás Maduro que no ha sido la continuidad, sino el retroceso o la inconstancia del de Chávez, ha venido tomando decisiones que fundamentalmente han favorecido a la clase privilegiada venezolana e internacional con la que se ha aliado (China, Rusia, Irán y en menor medida Cuba).  

En el tema laboral-salarial esta situación ha sido mucho más evidente y todos los indicadores científicos y empíricos así lo han demostrado, a pesar de la opacidad informativa del gobierno desde hace años. El hecho que desde el año 2022 no se hayan realizado más aumentos de sueldos y salarios que tengan incidencias salariales, sino que solo se han aumentado y de manera muy discreta, (de manera “pichirre” se diría en el lenguaje coloquial) los bonos para las grandes mayorías de trabajadores, jubilados y pensionados. En marzo de ese año se llevó el salario mínimo nacional de 7 a 130 bolívares, lo que equivalía en su momento a 30 dólares mensuales, así como las pensiones de los adultos mayores. 

Las asesorías recibidas y acatadas por Nicolás Maduro y su gabinete económico a partir de esa fecha, en contubernio con los sectores empresariales (antes acérrimos enemigos de Chávez y ahora defensores de las políticas económicas de Maduro) han determinado que los sectores laborales hayan venido empobreciéndose cada vez más y el sueldo oficial hoy por hoy está por debajo de un dólar, siendo el sueldo mínimo más bajo de todo el planeta tierra. Todos los demás ingresos son el resultado de una política de bonificación del salario, propia de políticas neoliberales de la peor especie.........

© Aporrea