Llegado el primer fin de semana del último tercio del año 2024 nos conseguimos con un país en calma. Entre otras cosas se cuenta con suficiente abastecimiento de alimentos, los anaqueles dentro de los establecimientos comerciales lo indican. Tanto el sector industrial como comercio cumplen actividades normales. Los servicios de transporte masivo igualmente se movilizan en sus diferentes modalidades.
Aparte, es bien cierto se viene apreciando cantidades de personas con maletas en terminales terrestres de las principales ciudades de la región central, también es observable buen número de mujeres y hombres en busca de oportunidades de empleos. Todo esto indica ciertas posturas ante la credibilidad que existe entre venezolanos de cara a posibles escenarios.
¿Pues, bien, qué se sabe de lo que pudiera ocurrir más adelante en suelo venezolano? ¿Será necesaria una bola de cristal para conocer si el país formará parte de un ambiente de complicación socioeconómica en los venideros meses? ¿Qué se espera para el resurgimiento de la economía venezolana?
Nada favorable pudiera predecirse si en el horizonte no se vislumbra la recuperación de nuestra industria petrolera. Estando en óptimas condiciones de operatividad solo así la producción de crudo lograría niveles capaces de incentivar otros sectores de vital importancia para la franca mejora del país, como por ejemplo el agro, la industria, el turismo, la ciencia, la tecnología, el comercio, entre........