Gustavo Petro: los políticos del futuro y los bloqueos del presente
Los últimos tiempos han dado muchos motivos para el pesimismo. Han sido muchas y muy fuertes las amenazas a tres fuentes de estabilidad y civilidad en las relaciones sociales: la democracia, la paz y la garantía mínima de sostenibilidad ecológica. El espíritu del tiempo, al tiempo que degrada las instituciones, las relaciones entre los ciudadanos y el Estado y las relaciones entre los Estados, degrada también las relaciones entre las personas en los lugares de trabajo, las comunidades y las familias y, por último, degrada las relaciones entre la vida humana y la vida no humana, que comúnmente llamamos naturaleza, como lo demuestran los fenómenos meteorológicos extremos, cada vez más frecuentes y extremos.
Pero como es propio de los humanos, en medio de la tormenta hay señales de calma, en el túnel más profundo de la angustia hay esperanza en la luz al final del túnel, en medio de la opresión siempre hay alguien que resiste, en medio del conformismo siempre hay alguien que dice no, como nos cantaba el fallecido cantante de la resistencia antifascista en Portugal, Adriano Correia de Oliveira. En «tiempos oscuros», título de un libro de Hannah Arendt, necesitamos valorar todo lo que pueda rescatar la dignidad de la vida humana. Al fin y al cabo, el gran enigma es que existimos en lugar de no existir. En un universo en el que han tenido que coincidir tantas cosas para que surjan seres particularmente conscientes, seres que son conscientes de la existencia de su propia conciencia y reflexionan sobre ella.
En política, el mundo ha sido parco en proporcionarnos líderes que despierten nuestra particular admiración. La pequeña política de los negocios y de las crisis actuales y permanentes invita a la aparición de políticos pequeños, a veces muy pequeños. Esta tercera década del milenio ha sido especialmente parca y, por ello, merecen especial atención los líderes que destacan.
En el contexto actual, hay dos tipos posibles de políticos competentes. El primer tipo se refiere a los políticos que gestionan de la mejor manera posible la política actual que les imponen las fuerzas políticas nacionales e internacionales. Esta debería ser la obligación de cualquier buen dirigente político en los tiempos que corren. Por poner algunos ejemplos, creo que el mejor ejemplo a nivel nacional, que yo sepa, es el Presidente Lula da Silva de Brasil, sobre todo porque lo está haciendo en las peores condiciones posibles (hegemonía social y mediática de la derecha y un Congreso mayoritariamente de derechas). En materia de política internacional, dos líderes políticos portugueses competentes entran en esta categoría: António Guterres, Secretario General de la ONU, y António Costa, Presidente electo del Consejo Europeo. Cualquiera de........
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