Cuando un sentimiento mueve la búsqueda de un vivir conforme a un sistema de justicia y libertad y deja de ser un fenómeno mental individual para ir más allá de los límites de una sola persona y se mete en el cuerpo, los espacios, el alma y el imaginario de toda una comunidad, pues, es cuando alcanza su mayor brillo, su mayor claridad, su escala y contorno histórico, empieza a tejer así su ser social. Porque en el estado de opacidad y confusión que presenta cuando todavía reside en el estado corporal de un solo individuo aún no expresa nada concreto, a diferencia de cuando ese mismo sentimiento se pluraliza, se hace colectivo y comunitario concretándose en un deseo práctico por conseguir algo concreto. Un ejemplo de esto último que decimos es la voluntad que viene formándose en el pueblo venezolano por deslastrarse y transformar la desastrosa realidad actual de Venezuela por una nueva y deseada.

Teniendo en cuenta lo anterior, no es casual entonces que sea Carabobo el que presente un fertil suelo donde esté germinando un sentimiento colectivo de transformación social tan poderoso, ya que es aquí donde se puede por un lado, observar el desastroso crecimiento de la pobreza estructural y sistémica ( es cotidiano ya, ver más y más gentes buscar en la basura la proteína, y puede verse con claridad gracias a los bombillos led), y por otro lado, es de conocimiento público, que la gobernación y las alcaldías de este estado fueron convertidas en cabezas de playa desde donde se ha fraguado la destrucción de la V República como el proyecto de democracia popular que una vez el pueblo venezolano creyó haberse dado. La destrucción de este sueño se llevó a cabo con la aplicación de viejas politicas neoliberales y un inmenso asalto a los bienes........

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