El escritor Yann Moix, en una de sus novelas, describe algo parecido a lo que en este momento viven los franceses: “El acontecimiento es el vencedor. Traiciona las previsiones, liquida las teorías. La realidad nunca puede resistir su embate”. De allí surge el sobresalto que recorre la vida de los políticos en Francia por el ascenso meteórico de Jordan Bardella que, junto a Marin Le Pen, lideran el partido Le Rassemblement National (RN). Según los escrutinios oficiales, 31,37% del electorado se decidió por el RN contra un 14,6% de Valérie Hayer (macronismo), un “acontecimiento” que responde al desencanto y al hartazgo de las políticas desacertadas que padecen los franceses. Los estudios de opinión, semanas antes de las elecciones, mostraban que el 41% estaba “muy descontento” con Emmanuel Macron (Baromètre Ifop/JDD), demostrándolo con sus votos en una suerte de plebiscito.
El 80% de los franceses piensa que Francia está en decadencia, en todas partes se resiente la pérdida de valores culturales, la inmigración descontrolada, el auge del islamismo y la violencia en alza que han provocado un período de inseguridad nunca visto en Francia. Los déficits públicos, la inflación, la desindustrialización, el sistema sanitario en crisis, la escuela en declive, el wokismo aupado a extremos, entre otros males que sacuden a los franceses, provocó la decepción y desconfianza en el “macronismo” y su visión de Francia en la UE.
Si denunciar la inmigración ilegal, que por cientos de miles hace su entrada en Francia y en la UE, o reclamar al Estado que cumpla su función de proteger al ciudadano contra el crimen y la violencia, significa ser de derechas, el pueblo francés voto por esas exigencias.
El domingo 9 de junio, el 52,5% de los electores acudieron a votar por sus representantes en el Parlamento Europeo. Esta participación no había sucedido desde 1994. Las promesas electorales de Bardella y el RN se pueden resumir en sus claras propuestas: antiinmigración (control de fronteras y expulsión de clandestinos), firme apoyo a Israel y protección a los judíos franceses, nacionalismo económico (prioridad a las empresas francesas), desislamización de Francia (tolerancia cero, expulsión de delincuentes e islamistas), control........