Se atribuye a Lenin haber explicado su táctica política con la metáfora de un soldado que embiste contra un blanco con una bayoneta: si la bayoneta choca contra algo sólido el soldado debe retroceder, pero si penetra en el blanco debe seguir embistiendo. Esa anécdota viene al caso porque existe una explicación de la decisión rusa de invadir Ucrania, que apela a la misma lógica (incidentalmente, hasta 1991 Putin fue militante del partido fundado por Lenin).
Según esa explicación Putin concluyó que los países de la OTAN no aplicarían sanciones severas contra Rusia con base en dos experiencias. De un lado, no lo hicieron cuando Rusia ocupó y anexó la península de Crimea en 2014. De otro lado, países como Alemania no dieron señales claras de estar dispuestos a aplicar sanciones severas en caso de producirse la invasión. Antes de la invasión, Alemania se negaba tanto a posponer la entrada en funcionamiento del gasoducto Nord Stream 2 (que la conecta directamente con Rusia), como a vender armas a Ucrania o permitir que importadores de armamento alemán lo entreguen a ese país. Tampoco hacía esfuerzos significativos por alcanzar la meta del gasto en defensa acordada por la OTAN (de un 2% del PIB): todo eso cambió drásticamente solo una semana después de iniciarse la invasión. Podría argüirse que, de haber enviado señales más claras sobre el tipo de sanciones que habrían de aplicar contra Rusia en caso de invadir Ucrania, países como Alemania y el Reino Unido (que solo aplicó sanciones severas contra los denominados “oligarcas” rusos tras la invasión de 2022), habrían ejercido un poder disuasivo.
Una primera crítica a ese argumento es que lo que estaba en juego en 2022 no era comparable a lo que ocurrió en 2014: anexar un territorio como Crimea (sobre el cual, por su historia y la etnicidad de la mayoría de su población, Rusia podía tener una reivindicación legitima), no era equivalente a intentar capturar Kiev, capital de Ucrania. De otro lado, el argumento provee un escenario contra fáctico que, aunque parezca plausible, es imposible demostrar: no podemos regresar en el tiempo para establecer qué habría ocurrido si Alemania o el Reino Unido hubiesen tenido una conducta diferente.
Por último, como argumentaré en un libro de próxima aparición, hay razones para creer que Rusia invadió Ucrania por preocupaciones de seguridad que, aunque desproporcionadas, eran reales: estas giraban en torno al tema de la expansión de la OTAN hasta las fronteras mismas de Rusia. A eso habría que añadir la evidencia de que, tanto Putin como fuentes de inteligencia occidentales, creían posible que Kiev cayera en manos de Rusia en cuestión de días (con lo cual Putin buscaría negociar sobre la base del hecho consumado, antes de que las potencias de la OTAN tuvieran tiempo de reaccionar).
Por lo demás, en este caso las circunstancias eran distintas a las que prevalecían cuando Alemania desplegó su política de acercamiento al bloque soviético durante la Guerra Fría (la denominada “Ostpolitk”). Entonces se asumía que una mayor interdependencia económica debía ir aparejada de una mayor cooperación política para conseguir el fin de alcanzar una distensión en las relaciones de seguridad entre la OTAN y el bloque soviético. Y, en ocasiones, los países de la OTAN cooperaron con el bloque soviético (por ejemplo, al suscribir acuerdos de limitación de armamento). Pero, cuando menos en la última década, el efecto de una mayor interdependencia económica de Rusia con algunos países de la OTAN (como Alemania), no alcanzó a revertir el deterioro constante de las relaciones de seguridad entre la OTAN y Rusia.
Si esa argumentación estuviese en lo correcto, tal vez enviar señales claras sobre las sanciones que habrían de aplicarse contra la economía de Rusia en caso de que invadiese Ucrania (elevando así el costo de emplear la fuerza), no habría bastado para prevenir la invasión.
¿Anunciar sanciones habría prevenido la invasión de Ucrania?
Se atribuye a Lenin haber explicado su táctica política con la metáfora de un soldado que embiste contra un blanco con una bayoneta: si la bayoneta choca contra algo sólido el soldado debe retroceder, pero si penetra en el blanco debe seguir embistiendo. Esa anécdota viene al caso porque existe una explicación de la decisión rusa de invadir Ucrania, que apela a la misma lógica (incidentalmente, hasta 1991 Putin fue militante del partido fundado por Lenin).
Según esa explicación Putin concluyó que los países de la OTAN no aplicarían sanciones severas contra Rusia con base en dos experiencias. De un lado, no lo hicieron cuando Rusia ocupó y anexó la península de Crimea en 2014. De otro lado, países como Alemania no dieron señales claras de estar dispuestos a aplicar sanciones severas en caso de producirse la invasión. Antes de la invasión, Alemania se negaba tanto a posponer la entrada en funcionamiento del gasoducto Nord Stream 2 (que la conecta directamente con Rusia),........
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