Qué significa votar en junio

Seis de cada 10 leyes aprobadas en España derivan de las recetas de la Unión Europea (UE), un invento único en el mundo que podría resumirse así: 27 países eligen viajar en el mismo barco por un océano global, muy bravo, entre retos ambientales, tecnológicos, democráticos, militares y financieros.

Los cerca de 450 millones de personas que viven en Europa están representados por diversas vías en el barco. Por simplificar, el Consejo Europeo, con sus jefes de Estado y de Gobierno, diseña la estrategia del juego. La Comisión Europea saca la pelota. Los ministros de cada país la hacen avanzar o retroceder, entre algunas zancadillas en nombre del interés nacional, y centran. El Parlamento Europeo, que encarna los intereses de la ciudadanía, decide (o no) marcar gol. La Eurocámara —única institución multinacional del planeta elegida directamente en las urnas—, no es ya solo la caja de resonancia de la afición. Su poder y su influencia han ido a más. Tiene voz y voto sobre los jugadores, sobre el dinero del club, sobre la ambición de cada partido. Y suele tirar por elevación.

Partido elige grupo

Entre el 6 y el 9 de junio, toca urnas. Cada cinco años se renuevan los euroescaños. Por primera vez, en Bruselas y Estrasburgo no se elegirán británicos, pues estos saltaron del barco europeo. Los reajustes demográficos añadidos al Brexit sitúan la cifra a elegir en 720 representantes, 61 de España.

Cuando se vota por un partido, se vota por una formación de casa. Después, sus diputados y diputadas se juntan con otros de una familia ideológica con la que se sientan más cómodos.

Además del grupo de los No inscritos —cuyos integrantes bien no se sienten a gusto con ningún grupo, bien sus potenciales compañeros no les dejan entrar— ahora hay siete de esas familias. Las dos principales se aglutinan en torno al Partido Popular Europeo (PPE), primero en escaños, con 176, y la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D-PSE), con 144. En el primero está el PP y en el segundo, el PSOE. Pero, a diferencia de los trastos que se echan a la cabeza en España, en Europa a menudo han hecho tándem. "Pese a las diferencias ideológicas, tradicionalmente ha funcionado una gran coalición. La visión a favor de una mayor integración europea es común. Se logran acuerdos en política exterior y en cuestiones presupuestarias y monetarias", explica Raquel García, analista europea del Real Instituto Elcano.

Porcentaje de leyes aprobadas en España cuyo origen se receta y cocina en las instituciones europeas

Proporción de votos emitidos por grupos europeos, con partidos de países distintos, en que los grupos votaron en bloque

De hecho, el experimento comunitario obliga a los europarlamentarios a las lealtades cruzadas: ¿defienden desde su ideología el interés común europeo o bien el nacional? Esa tensión entre “lo nacional versus lo europeo” se ha estudiado en abundancia. Y la conclusión es aplastante. En el 90% de los votos emitidos por los grupos europeos, formados por partidos de varios países, todos los del grupo han votado en bloque.

Siempre hay excepciones mediáticas. Ahí queda........

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