La diplomacia coherente

La inevitable obligación de todo gobierno es adoptar decisiones. Y cuando se adoptan muchas decisiones es difícil que ocurra algo exigible en política: que se mantenga un mínimo grado de coherencia entre unas decisiones y otras.

En estos seis años en la Moncloa, Pedro Sánchez ha tenido serios problemas para mantener la coherencia en casi todo, al punto de gestionar las incoherencias con un arte primoroso: de negarse a pactar con Podemos a nombrar vicepresidente a Pablo Iglesias; de negarse a llegar a acuerdos con los independentistas a convertir a Esquerra en su socio principal y a firmar documentos con Puigdemont; de negar los indultos y la........

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