Saber que la curiosidad no es monolítica fue un descubrimiento en su día. Así puede entender por qué personalidades tan distintas podían presentar un alto comportamiento curioso sin parecerse entre sí. Vaya por delante que la curiosidad se mide -cociente de curiosidad-, y la cifra resultante es la media de sus cinco dimensiones. La mezcla de mi intuición y mi observación me sugiere dos más, pero esas dos, de momento, carecen de evidencia científica. Las otras cinco poseen toda la validez necesaria para comprender mejor a las personas a través de ellas.
En mi último viaje a México he comprobado, además, que los países también muestran una curiosidad dominante, y que algunos asuntos son más fáciles de verbalizar según cuál sea su cultura, entendiendo por esta el modo en que sus habitantes perciben el mundo. Por ejemplo, en México, no solo no existe pudor a reconocer que se acude a un terapeuta, sino que se suele añadir a la lista de objetivos deseables. En España, aunque la........