Historias de luz en tiempos de sombra

El psicólogo, Daniel Kahneman solía recordar la siguiente anécdota en sus conferencias. En 1942 era un niño de ocho años y vivía en un París ocupado por los nazis. Una tarde, jugando en casa de un amigo, se retrasó al volver a la suya y tuvo que hacerlo durante el toque de queda, lo que le ponía en riesgo pues, como sugiere su apellido, era judío. Él, recordando las advertencias de su madre, dio la vuelta a su jersey para ocultar la estrella de David que estaba obligado a coser en la ropa y, de ese modo, trató de pasar invertido, pero en el camino se cruzó con un soldado de la SS, sabiendo lo que eso implicaba. Cuando el soldado se situó a su altura, de repente le alzó en brazos y le abrazó emocionado, mientras abría su cartera para mostrarle la foto de un niño, seguramente su hijo. Quien conseguiría el Premio Nobel contaba que tratar de entender la mente de aquel soldado, y la de otras muchas que se escapan de lo preconcebido, le llevó a licenciarse en psicología. "Las personas tienen propensión a interpretar sus propias creencias como si fueran realidad", argumentaba uno de los pensadores más brillantes de los últimos años, afanado en explicar con claridad y pedagogía los comportamientos humanos.

Las personas tienen propensión a interpretar sus propias creencias como si fueran realidad

Me he acordado de esta historia al reconocer mi saturación de........

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