Nuestras neuronas se comunican mediante sinapsis, unos latigazos eléctricos que generan ondas cerebrales. Podríamos decir que las neuronas hablan entre sí con distintos lenguajes. Los científicos los resumen en cinco y van desde las ondas Delta, las más lentas presentes en los periodos de sueño o meditación, a las Gamma, muy rápidas y relacionadas con el proceso de ordenar una información profusa.

Es decir, utilizamos las ondas Gamma en esos momentos que demandan de nosotras solvencia, tanto en nuestra comunicación como en la resolución de problemas, por eso, cuando el presidente del gobierno ha comparecido hoy a las 11:00 de la mañana y ha dicho ''buenas tardes'', he pensado ''Vaya, o no le funcionan las ondas Gamma o a lo mejor sigue en fase Delta. Es decir, con resaca meditativa''.

Me pregunto si las neuronas que emplean un lenguaje inadecuado entran en cortocircuito, en cuyo caso tendríamos un problema. Por volver al presidente Sánchez, me temo que tiene unos cuantos, pero no voy a escribir sobre ellos. En cambio, sí sobre lo mucho que ignoramos de nuestro cerebro.

Nuestras neuronas se comunican mediante sinapsis, unos latigazos eléctricos que generan ondas cerebrales

¿O cuando tarda un ser querido tras un viaje y empiezas a rumiar lo peor? ¿No te gustaría saber por qué te sobresaltas si suena el timbre y no esperas una visita? ¿O por qué te gusta adivinar el final de cada capítulo de una serie? ¿Sabías que los recuerdos de experiencias positivas son capaces de provocarnos las emociones que vivimos en aquel momento?

El premio Nobel de Medicina Susumu Tonegawa lleva años investigando el poder de los recuerdos positivos y ha demostrado que cuando los recreamos, nuestro organismo segrega los neurotransmisores de bienestar -serotonina, dopamina y oxitocina- que experimentamos la primera vez. Esto significa que, si por ejemplo entras en el bucle de la rutina con tu pareja y, en plan presidente de gobierno, te preguntas si merece la pena seguir, puedes cerrar los ojos y recordar vuestros primeros besos y lo que va después.

Siempre que funcionase, claro. John y Julie Gottman son una curiosa pareja de investigadores cuyos experimentos me chiflan. En uno reunieron a 130 parejas de recién casados en un laboratorio que recreaba un nidito de amor. Allí estuvieron un fin de semana, grabados todo el tiempo, y, al terminar, los Gottman pronosticaron quienes seguirían juntos transcurrido el tiempo y quienes no. A los seis años les visitaron y comprobaron que habían acertado en un alto porcentaje porque el secreto de las parejas que continuaban unidas es que mantuvieron, durante aquel encierro, muchas más interacciones entre sí, es decir, compartían palabras de cariño, de refuerzo y confianza.

En suma, se prestaban atención. Pero lo más interesante es que cuando una pareja con problemas acude a su consulta, ellos se interesan por la primera vez que sintieron algo el uno por el otro y los anima a recrear esos momentos. ''¿Qué es lo que hizo que te enamoraras de él o de ella?'', repiten, mucho antes de que el Premio Nobel pusiera en valor los recuerdos.

Cuando somos capaces de recuperar ese instante, cuando nuestro cerebro lo rescata del hipocampo, sentimos físicamente el mismo bienestar de entonces. Esto significa que, si te sientes mal sin motivo aparente, tu cerebro posee un antídoto eficaz ante ese malestar: un cajón de sastre donde guarda experiencias que te harían sentir mejor con solo recordarlas.

Pensándolo bien, a lo mejor Pedro Sánchez a las 11:00 de la mañana andaba en aquellos primeros flirteos con la mujer de la que asegura estar tan enamorado, de ahí la falta de agilidad de sus ondas Gamma. Cualquiera sabe lo que hay en la cabeza de un presidente.

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QOSHE - En el cerebro de un presidente - Teresa Viejo
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En el cerebro de un presidente

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30.04.2024

Nuestras neuronas se comunican mediante sinapsis, unos latigazos eléctricos que generan ondas cerebrales. Podríamos decir que las neuronas hablan entre sí con distintos lenguajes. Los científicos los resumen en cinco y van desde las ondas Delta, las más lentas presentes en los periodos de sueño o meditación, a las Gamma, muy rápidas y relacionadas con el proceso de ordenar una información profusa.

Es decir, utilizamos las ondas Gamma en esos momentos que demandan de nosotras solvencia, tanto en nuestra comunicación como en la resolución de problemas, por eso, cuando el presidente del gobierno ha comparecido hoy a las 11:00 de la mañana y ha dicho ''buenas tardes'', he pensado ''Vaya, o no le funcionan las ondas Gamma o a lo mejor sigue en fase Delta. Es decir, con resaca meditativa''.

Me pregunto si las neuronas que emplean un lenguaje inadecuado entran en cortocircuito, en cuyo caso tendríamos un problema. Por volver al presidente Sánchez,........

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