De todas las preguntas que nos hacemos a lo largo de nuestra vida, las más importantes empiezan por ''para qué''. Puede que nos obsesionen los ''porqués'', pero cuando no encontramos la razón de un hecho, el para qué lo dota de sentido. Sin embargo, tememos a las preguntas como a la báscula en verano, porque ambas no mienten.
Por ejemplo, quizá sea difícil comprender por qué te has caído por la escalera y te has hecho un esguince que ha truncado tu plan de viajar el fin de semana, salvo que te dejes arrastrar por la culpa –''no tenía que haber ido tan deprisa y menos con mil cosas entre las manos; soy un desastre''-, pero si te interrogas qué sentido tiene este frenazo, para qué te sirve, comprenderás que necesitas más descanso y autocuidado y, a lo mejor, la idea de viajar cuando estás tan agotada no era la mejor. La experiencia demuestra que los ''paraqués'' de las decisiones que tomamos ilustran con claridad y congruencia nuestros actos, que se llenan así de significado.
Hay momentos en que estamos........