Con discapacidad en la piscina

Tengo un hijo de agua. Un pequeño delfín, una marsopa que gira y gira bajo el agua. Tiene 18 años recién cumplidos, autismo y discapacidad intelectual, y hace ya mucho que no acudimos con él a piscinas concurridas.

Su disfrute del agua está limitado a piscinas privadas o casi, aquellas en lugares de vacaciones o urbanizaciones en las que sabemos que hay cuatro gatos. Y normalmente acudimos cuando no hay ni uno, a la hora de la........

© 20 minutos