Todo es un sinsentido

No sé si me estaré equivocando, si en realidad tendría que haber abierto mucho más la mano, haber abierto la ¿mente? y no haberme cerrado al tsunami que se nos venía encima. Desde siempre me he cerrado en banda cuando me han propuesto publicidad o reportajes sobre mi vida privada, con mis hijos. Eran todavía muy pequeñitos cuando me plantearon una campaña con mi hija. Era una bebé preciosa, con sus ojazos enormes, su pelo medio rizado y esa sonrisa. Dije que no.

Después me propusieron prácticamente lo mismo con mi hijo. Era un anuncio de bebés: alguien en su guardería lo había visto, trabajaba en el sector y me dijo que era perfecto. Mi hijo era, literalmente, y no es orgullo de madre, un muñeco. A todo el que me preguntaba........

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