La guerra de Gaza se encuentra en una encrucijada endiablada respecto a las distintas opciones que puede poner en marcha Israel. La primera y, al parecer, la más evidente, es proseguir con los planes de entrada en la ciudad de Rafah. La segunda es mantener la presión externa sobre la ciudad de Rafah y continuar con la partición de Gaza a lo largo del corredor transversal de Netzarim, que divide transversalmente la Franja de Gaza, impidiendo la libre circulación entre el norte y el sur de la Franja. La tercera es declarar un alto el fuego unilateral replegando las Unidades desplegadas en la Franja. La cuarta y última es acordar con Hamás a través de terceros un cese de hostilidades temporal de entre seis y ocho semanas durante el cual se pudieran realizar un primer intercambio de rehenes por presos palestinos en cárceles israelíes y el aumento de la ayuda humanitaria a la Franja. Se habla de permitir el paso de hasta 500 camiones diarios.
Las citadas opciones dependen de la marcha de las negociaciones entre Israel y Hamás que se desarrollan a través de terceros países, esencialmente Egipto y Qatar. Desgraciadamente, parece que esas negociaciones se han estancado y no se avizora un final feliz ni para los rehenes israelíes ni para la población de la Franja. Los motivos del estancamiento son la inflexibilidad del primer ministro Netanyahu respecto a un cese definitivo de las hostilidades y de Yahya Sinwar —jefe político y........