Hace dos décadas me licencié en Psicología, después de pasarme cinco años de universidad justificándome con un montón de gente que me decía que "eso no vale para nada". A mí me valió para aprender millones de cosas y darme cuenta de que quería dedicarme a otra cosa, pero el caso es que veo el respeto del que goza la profesión hoy en día y flipo. Las redes sociales han obrado el milagro popularizando el concepto de salud mental, ese bienestar psicológico individual sobre el que el conjunto de la sociedad tiene responsabilidad. Gracias a Instagram ir a terapia ha dejado de ser un tabú, aunque la salud mental se ha banalizado a saco.
Sufrir ansiedad y compartirlo en redes puede ser canjeable por likes. Se lo han enseñado a un montón de........