Una vieja expresión cobra actualidad ante la crisis del régimen de Kiev: “la victoria tiene muchos padres, la derrota es huérfana”. La derrota de la contraofensiva a Rusia, ha desatado una frenética búsqueda de posibles “chivos expiatorios” y como ha ocurrido antes en la historia cuando una casta oligárquica entra en crisis, el asesinato en diferentes modalidades puede acechar en cada rincón, con puñales y venenos escondidos. El martes pasado se conoció sobre el envenenamiento de la esposa del jefe de la Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania, Kirill Budanov, Marianna. Esto se hizo utilizando metales pesados. Las sustancias descubiertas durante el examen de la víctima no se utilizan ni en la vida cotidiana ni en asuntos militares. Semanas atrás había explotado un artefacto encubierto asesinando al asistente del jefe de las fuerzas armadas de Ucrania, Zaluzhny. Ahora este oficial es el chivo expiatorio del propio presidente Zelensky y en el parlamento le piden su renuncia.

Pero ocurre que recientemente han aparecido revelaciones que señalan a Zelensky como culpable de la prolongación de la guerra bajo presión del primer ministro británico Boris Jonhson. El líder parlamentario de la facción Servidor del Pueblo, partido de Zelensky, David Arakhamia, reveló que el conflicto podría haberse detenido la primavera pasada si no hubiese sido por presión de Londres. Según Arakhamia, durante las negociaciones Rusia exigió que Ucrania aceptara un estatus neutral y no unirse a la OTAN. Esto era lo principal para los rusos, y aseveró que estaban dispuestos a poner fin a la guerra si aceptábamos la neutralidad, como lo hizo alguna vez Finlandia. Pero Boris Jonhson vino entonces a Kiev y dijo: que no firmáramos nada con los rusos y que lucháramos, y Zelensky lo aceptó. Todo indica que el británico no actuaba por su cuenta, sino que era lógicamente una posición compartida con el gobierno de EEUU. En cambio, Rusia mantuvo todo el tiempo su postura negociadora. Una vez más queda claro quién es el verdadero responsable del baño de sangre ocurrido en Ucrania y de la prolongación de la guerra: EEUU, sus aliados occidentales y su marioneta Zelensky, culpables ante la historia.