Ante el horror que el gobierno israelí lleva a cabo en la Franja de Gaza, el genocidio del pueblo palestino con sus bombardeos que han destruido la tercera parte de la Franja y asesinado a miles y miles de personas, incluyendo miles de niños; ante un gobierno que ha intentado impedir cualquier ayuda humanitaria, cortando agua y electricidad, que ha violado todas las normas del derecho internacional, se hace muy pertinente la pregunta ¿dónde está la Corte Penal Internacional? Tenemos delante crímenes de guerra de lesa humanidad por parte de Israel en total flagrancia, in fraganti, ante estas atrocidades ¿dónde están las ordenes de captura contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, principal responsable de estos crímenes, ¿dónde está la orden de captura contra el señor Biden, presi- dente de EEUU y principal cómplice en estos delitos?

Recordamos como la CPI fue muy expedita para acusar sin pruebas al presidente ruso, V. Putin, y libró contra él una orden de captura sobre la base de un expediente falso con materiales aportados por el gobierno nazifascista de Kiev, émulo de Goebbels en mentiras, un proceso, donde se violentaron todas las normas y procedimientos, porque había que cumplir una orden de Washington de acusar al presidente ruso. A la CPI la han convertido en un brazo ejecutivo del Departamento de Estado del gobierno de EEUU. Véase como la CPI es parte de la política de castigo ilegal de EEUU contra el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela. La CPI ya escarmentó hasta el chantaje del gobierno de EEUU y su directiva fue sancionada cuando la administración de Trump, porque proyectaba investigar los crímenes de guerra en Afganistán.

El Estado palestino se hizo parte de la CPI en abril de 2015, y entonces presentó una documentada demanda para investigar los crímenes de Israel. ¿Qué hizo la CPI? Nada de nada, porque Israel se negaba a colaborar, pues no firmó el Estatuto de Roma, pero Rusia tampoco reconoce ese Estatuto. ¿Un doble rasero? La inoperancia y fraude de la CPI han contribuido a la actual escalada de violencia, porque ya los palestinos perdieron toda esperanza de justicia internacional imparcial. La CPI es un fraude, una institución desprestigiada que habrá que rehacer de nuevo.