Han convencido a Pedro Sánchez los rasputines molclovitas de que la mejor forma de luchar contra el concepto peyorativo que ha adquirido el término sanchismo es la de deslegitimar a la prensa que se opone a su forma de gobernar, que es la crítica, a la que le ha dado por definir como fachosfera. Tenía Antonio García Ferreras la duda razonable sobre cuántos medios formaban parte de ese batallón ultraderechista, así que se lo ha preguntado al presidente durante la conversación que han mantenido esta mañana en LaSexta.

“¿Con fachas se refiere usted a los fascistas?”, ha comentado el periodista, interesado por si ahí se encuadran sólo los clownes de Telegram o, por contra, también los medios tradicionales. Sánchez ha respondido: “Cuando lo dije yo no estaba pensando en ninguno, pero varios se han dado por aludidos”. Sobra decir que no dice la verdad... para variar.

Existen dos tipos de mentirosos. Unos lo saben hacer y a otros se les caza rápido. Sánchez podría pertenecer a aquellos que incurren en el falso testimonio, pero son sagaces y saben hacerse los tontos como nadie, hasta el extremo de parecerlo. Lo que ocurre es que el presidente pertenece a los del otro tipo, es decir, los que poseen una mente menos brillante y, cuando mienten, se les pilla en la insidia y en lo suyo, que aflora rápido, si no de palabra, con mueca forzada o baba. Lo digo porque, en la misma respuesta, Sánchez ha incidido en que en la fachosfera se hallan los medios que se oponen "a seguir avanzando desde el punto de vista de los derechos o de las políticas sociales" O sea, que ahí están todos los que le llevan la contraria.

Así que quienes piensen que la batalla que libra el Gobierno contra la prensa crítica tan sólo se circunscribe a los pseudo-medios ultras y a los agitadores de redes sociales están muy equivocados. Las presiones van contra quienes se opongan al oscilante programa de Gobierno de Sánchez, a los que se intenta deslegitimar desde Moncloa y desde sus terminales mediáticas mientras se les atribuyen valores predemocráticos.

Aquí no caben medias tintas: o está su editorialista con la amnistía o, por el contrario, está con aquellos que quieren ir a la confrontación directa con Cataluña y el País Vasco. O respalda mi política económica, de gasto expansivo, o es usted un austericida. O socialismo o falange. O PSOE o muerte. Puede parecer anecdótico, pero una de las prioridades durante esta legislatura es la de señalar a la prensa que demuestre cualquier grado de hostilidad con el Ejecutivo.

No es casualidad que Sánchez haya afirmado durante la entrevista que esa fachosfera preferiría que España estuviera representada en Eurovisión por el himno falangista Cara al Sol que por Zorra, de Nebulossa. “A mí me gusta más esta última”, ha ironizado. Todo forma parte de una estrategia macabra por la cual quien polariza acusa al adversario de polarizar. Y en la trinchera contraria no sólo están el PP y Vox, sino también los jueces que rechazan la Ley de Amnistía y todo lo que implica; y, por supuesto, los periodistas que no recitan el catecismo socialista. Se lo pongo fácil, señor Ferreras: o me da la razón o es usted mi enemigo.

Habrá quien piense que eso de la fachosfera es acertado y que en esa burbuja sólo habitan los fascistas, que los hay, por cierto, sospechosamente cercanos a las posturas pro-rusas en los más oscuros canales de la TDT local o en las cuevas mediáticas donde se habla de misterios. Ahora bien, ese territorio en el que el Ejecutivo pretende confinar a la prensa crítica tenderá a ampliarse con el paso del tiempo y alguno se podría ver perjudicarlo sin quererlo simplemente por el hecho de disentir.

El poder siempre actúa igual: cuanto más le otorgan, más exige; y puede ser que quien se quede sin ganas de aplaudir las amnistías en el futuro porque detecte al fin la sinrazón de todo esto… le quiten la tertulia o incluso el sueldo. No todos gozan de las capacidades camaleónicas de los periodistas de cámara de Moncloa. Hay gente con principios recios. Hay gente a la que le daría vértigo pasar del Arriba a La Vanguardia o del pujolato al sanchismo.

Cuando se amplíe esa fachosfera, porque se ampliará, a lo mejor incluso el PSOE confina allí a Ferreras, al igual que hizo en su día Iglesias. O al igual que Moncloa ha hecho con Pablo Motos o con Vicente Vallés, sus compañeros de grupo. Que no crean las televisiones que están libres de esta campaña pseudo-chavista del Gobierno y sus mamporreros. De hecho, la semana pasada su patronal (UTECA) celebró su jornada anual y en el cartel sólo había un ministro de segunda, Escrivá, que se excusó a última hora sin explicación plenamente convincente.

Cuando Sánchez necesitó del favor de estas empresas, acudió en persona a su asamblea -noviembre de 2018, Casa de América-. Ahora, el Gobierno parece querer enviarles un mensaje: o conmigo o contra mí. O en la sanchesfera o en la fachosfera. O me aplaudes o eres un fascista. O con las zorras o con el puño en alto. Pero ojo, el que polariza no soy yo, son los otros. Yo siempre tengo razón y, como decía Scarface, siempre digo la verdad, incluso cuando miento.

QOSHE - Ferreras, ¿los fachas prefieren el ‘Cara al sol’ o la de ‘Zorra’? - Rubén Arranz
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Ferreras, ¿los fachas prefieren el ‘Cara al sol’ o la de ‘Zorra’?

2 1
05.02.2024

Han convencido a Pedro Sánchez los rasputines molclovitas de que la mejor forma de luchar contra el concepto peyorativo que ha adquirido el término sanchismo es la de deslegitimar a la prensa que se opone a su forma de gobernar, que es la crítica, a la que le ha dado por definir como fachosfera. Tenía Antonio García Ferreras la duda razonable sobre cuántos medios formaban parte de ese batallón ultraderechista, así que se lo ha preguntado al presidente durante la conversación que han mantenido esta mañana en LaSexta.

“¿Con fachas se refiere usted a los fascistas?”, ha comentado el periodista, interesado por si ahí se encuadran sólo los clownes de Telegram o, por contra, también los medios tradicionales. Sánchez ha respondido: “Cuando lo dije yo no estaba pensando en ninguno, pero varios se han dado por aludidos”. Sobra decir que no dice la verdad... para variar.

Existen dos tipos de mentirosos. Unos lo saben hacer y a otros se les caza rápido. Sánchez podría pertenecer a aquellos que incurren en el falso testimonio, pero son sagaces y saben hacerse los tontos como nadie, hasta el extremo de parecerlo. Lo que ocurre es que el presidente pertenece a los del otro tipo, es decir, los que poseen una mente menos brillante y, cuando mienten,........

© Vozpópuli


Get it on Google Play