Jaime Andrés Beltrán, Óscar Santos y Campo Elías Ramírez, alcaldes de Bucaramanga, Piedecuesta y Girón respectivamente, podrían ser destituidos por doble militancia. Para el caso del mandatario de Bucaramanga hay dos hipótesis jurídicas: la primera, argumenta que debía haber renunciado a su curul en el Concejo un año antes de iniciar las elecciones, pues su aval principal en lo comicios, del Partido Colombia Justa Libres, no corresponde a aquel con el que fungió como Concejal; en cuanto a la segunda hipótesis, haber respaldado públicamente a aspirantes al Concejo de otros Partidos, como el Centro Democrático, Conservador y Partido de la U, son los hechos que soportan la solicitud de nulidad.

Los casos de los mandatarios de Girón y Piedecuesta son similares: acciones judiciales sustentadas en respaldos de candidaturas a los respectivos Concejos Municipales por Partidos diferentes a sus avales. Estos procesos son de conocimiento actual del Tribunal Administrativo de Santander, quienes recientemente negaron suspender de sus cargos a los alcaldes anticipadamente hasta tanto no se resuelvan los procesos de fondo.

Esta situación es muy preocupante para el área metropolitana dado que la intermitencia en la gobernanza de las ciudades no permitirá tener los resultados que necesitan los ciudadanos metropolitanos. Ya lo vivimos en Girón, en donde en la anterior Alcaldía hubo dos alcaldes que a través de acciones judiciales ejercieron sus cargos de manera intermitente.

En la práctica es insostenible para una ciudad que sus alcaldías queden a la deriva, y peor aún, con la incertidumbre propia de estos procesos en momentos donde la construcción de los Planes de Desarrollo determinarán la ruta de los próximos 4 años.

Acá es donde las formas destruyen el fondo de las cosas. Un desafortunado video que probaría la doble militancia de los candidatos no puede ser la razón para que las ciudades queden “al garete” de los enemigos políticos que buscan tumbar a toda costa a sus oponentes, sacrificando la ciudad.

Hay que tener dignidad cuando se pierde, y no llevar a la ciudad al estancamiento total con acciones judiciales, que si bien son legales, no son loables con los ciudadanos metropolitanos. Necesitamos gobiernos estables y con propósitos metropolitanos como hasta ahora lo hemos venido viendo.

El balance de la situación es que pierde la ciudad. Ojalá el Tribunal no empiece a sopesar la forma del fondo, porque los únicos que perdemos con destituciones y nuevas elecciones somos los ciudadanos.

Por: Sergio Arenas | Abogado