“El verdadero oro es el agua” es una frase de varios políticos alternativos y colectivos ambientalistas que viene sonando desde el inicio del proceso de licenciamiento que ha intentado hacer la empresa Minesa para la extracción de oro en Soto Norte, Santander.

Esta frase, pronunciada vehementemente por quienes se han opuesto al inicio del proyecto de megaminería, no solo ha frenado el licenciamiento ambiental, sino que ha logrado hacer elegir a dos alcaldes continuos para Bucaramanga, a algunos congresistas, y tiene al gobierno actual como opositor directo de dicho proyecto.

Debo decir que esta loable narrativa, en principio, tiene lógica. Si comparamos el agua con el oro, no hay duda de que el agua lo supera como bien preciado para la vida. La comparación puede asimilarse con los conceptos de paz y guerra. ¿Quién estaría en contra de la paz?. ¿Quién elegiría oro y no agua?. Pero la realidad es más compleja que elegir entre opuestos, y en mi concepto agua y oro son complementarios.

Santander vive una de sus peores crisis por el abastecimiento de agua para todos sus municipios. El único municipio de Santander que tiene agua asegurada es Bucaramanga; ni siquiera Floridablanca, Piedecuesta y Girón. El resto de municipios del departamento mueren lentamente de sed. La razón no es el agua, sino la ausencia de recursos para hacer la infraestructura, pues el único acueducto viable y técnico de Santander es el Acueducto Metropolitano de Bucaramanga. La cuestión es que con recursos económicos, se soluciona el problema de agua en nuestro departamento.

Aquella frase hoy parece solo un ideal que no se cumple, pues seguimos contaminando los ríos con la explotación ilegal y carecemos de las plantas de tratamientos de aguas residuales necesarias.

La ausencia de proyectos y la ausencia de destinación de recursos de regalías y cofinanciación del gobierno central, nos está llevando a mirar alternativas. ¿Por qué no pensar en que el Acueducto Metropolitano de Bucaramanga sea socio de Minesa? Además de que el departamento recibiría las regalías del 1% que por ley tiene, el AMB recibiría utilidades adicionales para construir todos los acueductos del departamento. Además, podríamos fusionar todos los acueductos urbanos y rurales y convertir el AMB en un acueducto regional.

Si queremos decir que el verdadero oro es el agua, nos toca si o si, proteger el agua a través del oro.