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Va siendo hora, casi dos años después, de que admitamos, petristas y no petristas, que el cambio del que se les hacía agua la boca hablando en campaña, sencillamente, no llegó. Será, tal vez, por eso que el presidente Petro dice que hay que pararle más bolas al fondo y no a las formas, porque si de formas se trata, la manera de ganar campañas, de gobernar y hacer política en este país, no ha cambiado nada en el “gobierno del cambio”.

“Esta no es una sociedad de ángeles”, me respondió el presidente Petro cuando le pregunté en nuestra más reciente entrevista sobre el escándalo de la Unidad de Gestión de Riesgo, que está teniendo sus más sucios desarrollos por estos días. Y sí. En la tentación de la corrupción puede caer cualquiera, pero tampoco los controles y el rechazo a estas prácticas se han acentuado en esta administración y, por el contrario, pareciera que hubiera una laxitud frente a estas conductas y un mensaje errático de exaltación a los que obran mal.

¿Qué puede pensar un ministro o un funcionario, cuando el presidente habla de sacar adelante las reformas a cualquier costo? ¿Qué mensaje recibe el director de una entidad cuando el primer mandatario habla de una Constituyente que no necesariamente tendrá que pasar por el Congreso, sino que ya comenzó porque “el pueblo” lo quiso así? ¿No se llama eso “saltarse las leyes”? Si desde la cabeza el mensaje es ese, ¿qué más da trastear uno que otro maletín para mantener aceitada la idea profunda de un gobierno popular?, pensarán algunos de ellos para justificar sus acciones.

El cambio no llegó, me perdonan, y aunque nunca es tarde para rectificar, hace falta más autocrítica para reconocer que este gobierno de izquierda ha actuado de la misma forma que todos los de derecha que lo antecedieron y que las transformaciones de las que hablaban, frente a tribunas enardecidas, se quedaron ahí y no trascendieron, una vez llegaron al poder. Criticaban a los hijos de otros expresidentes y no fueron capaces de evitar que Nicolasito metiera las manos en donde no debía. Traicionaron la lucha que otros dieron y que les costó la vida, y desoyeron a sus compañeros más sensatos, como Antonio Navarro, cuyo discurso en la Constituyente, recordado por estos días en redes sociales, dista mucho de los que ahora oímos. El cambio, tristemente, no llegó.

QOSHE - El cambio que no llegó - José Manuel Acevedo
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El cambio que no llegó

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06.05.2024

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Va siendo hora, casi dos años después, de que admitamos, petristas y no petristas, que el cambio del que se les hacía agua la boca hablando en campaña, sencillamente, no llegó. Será, tal vez, por eso que el presidente Petro dice que hay que pararle más bolas al fondo y no a las formas, porque si de formas se trata, la manera de ganar campañas, de gobernar y hacer política en este país, no ha cambiado nada en el “gobierno del cambio”.

“Esta no es una sociedad de ángeles”, me respondió el presidente Petro cuando le pregunté en nuestra más reciente........

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