En columna titulada “Ciclorutas sí, pero no asi” (septiembre 4/2019) -y otras- reiteraba la importancia de desarrollar una adecuada red de ciclorutas y ciclovías en Bucaramanga. La Ley 769/ 2002 (Código Nacional de Tránsito) establece que ciclorutas son vías “destinadas al tránsito de bicicletas en forma exclusiva” y ciclovías son “vías o sección de la calzada destinadas ocasionalmente para el tránsito de bicicletas, triciclos y peatones”. Lo anterior busca proteger a ciclistas y peatones, que pueden sufrir accidentes, si no existen ciclovías y ciclorutas bien diseñadas.

Así mismo, estas vías se consideran un componente importante en una estrategia orientada a mejorar la movilidad y reducir la contaminación del aire en las ciudades. He tenido la oportunidad de observar casos exitosos en visitas a ciudades europeas y de Estados Unidos. Por lo mismo, citaba en mi columna de 2019 las protestas -entre otras- del Comité de Gremios de Santander y la Cámara de Comercio de Bucaramanga que advertían que el proyecto de ciclorutas de Bucaramanga “no cuenta con un estudio de impacto económico”... “existen 5.093 establecimientos comerciales en el área de influencia del proyecto que podrían verse perjudicados, poniendo en riesgo el empleo y el sustento de miles de familias”. Y es cierto que se percibía mucha improvisación en este proyecto.

En este contexto vale la pena analizar las declaraciones del alcalde electo de Bucaramanga quien señaló en una entrevista con Caracol Radio: “Las vías principales tienen que ser liberadas a favor del transporte sostenible y amigable con el medio ambiente. Las ciclorutas se tienen que plantear de manera armónica y no impositiva”. (Vanguardia, noviembre 14/2023). Esperemos que este replanteamiento lleve a mejorar el estado de esas vías y permita un mayor aprovechamiento del sistema por parte de la ciudadanía.

Una publicación de Naciones Unidas señala: “Reconociendo la singularidad, longevidad y versatilidad de la bicicleta... y que es un medio de transporte sostenible simple, asequible, confiable, limpio y ambientalmente adecuado, que fomenta la gestión y la salud ambientales, la Asamblea General decidió declarar el 3 de junio como Día Mundial de la Bicicleta”. “La bicicleta contribuye a un aire más limpio y a una menor congestión y hace que la educación, la atención sanitaria y otros servicios sociales sean más accesibles para las poblaciones más vulnerables”.