25/04/2024 El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una sesión de control al Gobierno, en el Congreso de los Diputados, a 24 de abril de 2024, en Madrid (España).- Jesús Hellín / Europa Press
Es (casi) evidente que el Presidente Pedro Sánchez se marcha el lunes. Siempre hay ángulos en sombra en las decisiones humanas, pero intentemos, con ayuda de la ciencia política, rastrear causas y efectos y buscar ejemplos en la enseñanza de la historia. Una decisión de este calado, claro que tiene que ver con miradas personales, pero un profesional como Sánchez no da puntadas sin hilo:
Porque de no hacerlo le deja como un bravucón que amaga y no golpea, como en el soneto de Cervantes: "Y luego, incontinente/ caló el chapeo, requirió la espada/ miró al soslayo, fuese y no hubo nada". Y el principal valor de futuro de Sánchez es la imagen que le devuelve su espejo mágico. Decir que abandonas la política y no hacerlo le debilita. Porque la única posibilidad de que regrese el lunes implicaría regresar por la izquierda con, a todas luces, la oposición de Felipe VI y de las élites de poder de España. El Pedro Sánchez regresado debiera reformar sin miedo el Consejo General del Poder Judicial; reformaría la ley mordaza; extremaría las políticas sociales -salarios, pensiones, permisos, etc.-recuperando todo el tiempo perdido; mantendría los impuestos a bancos, energéticas y grandes fortunas; reconocería a Palestina y exigiría a Israel el alto el fuego, así como su rendición de cuentas en la Corte Penal Internacional; regresaría a Podemos al gobierno en un gabinete fuerte (y se disculparía por no sólo no haber defendido a los morados cuando sufrieron lo que él hoy sufre, sino haber formado parte de los que atacaban. Y lo digo en primera persona). Porque el PSOE va así mejor a las catalanas y a las vascas presentándose como la fuerza que sufre y quiere frenar al fascismo (ya lo intentó Pablo Iglesias en........
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