Víctor Muñoz

No hace falta insistir en la derrota de la Supercopa del Barça de Xavi, tanto por la pérdida del primer título de la temporada como por la manera en la que se perdió. Pero quedan tres títulos y el vigente campeón de la Liga tiene la obligación de intentar ganarlos todos. La competición con más valor es la Liga, pero la diferencia es de ocho puntos respecto al líder. No es inalcanzable y pasa por ganar en abril en el Bernabéu, además de seguir ganando todos los puntos en juego hasta entonces. Para ganar al Madrid hace falta jugar con inteligencia y la máxima determinación, plantear un partido con los jugadores más idóneos y no cometer los errores del último partido.

El planteamiento fue suicida y por eso la final quedó resuelta en diez minutos. Empezó el juego con un equipo algo más conservador, con cuatro centrocampistas y Ferran, que suele ayudar en defensa. Jugar con la línea defensiva en el medio campo cuando no se presiona el hombre con balón y el equipo rival tiene dos delanteros tan veloces como Rodrygo y Vinicius no tiene mucho sentido. Además, en el primer gol Iñaki Peña estaba dentro del área pequeña cuando Vinicius orientó el balón muy largo, por lo que estando a la distancia adecuada, podría haber recibido el balón del brasileño sin dificultad.

El ataque del Barça por las bandas fue totalmente inofensivo, Balde ocupaba el espacio mucho antes y no dispone de la habilidad para driblar y superar rivales, sí llegando en velocidad y al espacio. Por la derecha sería más reconocible ver jugar a Sergi Roberto, capaz de ir hacia dentro y asistir, y por la izquierda sería más racional ver a Ferran o Joao Félix yendo hacia dentro para rematar y dejar a Balde la banda. Los errores individuales de la línea defensiva fueron abundantes, sobre todo porque no parecía coordinada, haciendo movimientos defensivos individuales y no en grupo como tiene que ser. Los cambios llegaron demasiado tarde, lo que complicó aún más la posibilidad de empatar.

Nos toca ser optimistas en la Copa del Rey aunque nadie se puede confiar. Con intensidad y concentración la diferencia técnica es abismal y se ganará en Salamanca y eso nos hará llegar con fuerza al campo del Betis este domingo en la Liga.