Albert Montagut

La pelota, si entra, puede con todo y aguanta con todo. El partido entre el FC Barcelona y el FC Porto en Champions era un cara y cruz para Xavi, que sigue en la cuerda floja. El resultado le salvó por el momento, pero es evidente que hay nervios. Xavi está desencajado y los jugadores e incluso el presidente, están diciendo que están con él y que le apoyan.

En el mundo del fútbol cuando se pronuncia la frase “estamos con el entrenador” suena como un epitafio. Esperemos que esa regla de oro no se cumpla, por el bien de Xavi, que sigue siendo una persona entrañable.

El problema del Barça no sólo es deportivo. Hay que darle la vuelta al calcetín y nadie, entre las personas que tienen altavoz mediático, parece tener la varita mágica para transformar el más que un club en un club del siglo XXI.

Víctor Font, el adversario de Laporta en las últimas elecciones, el candidato que no supo reaccionar a una simple y demagógica pancarta, ofrecía a Xavi como la panacea de todo. Font minó al equipo de Ronald Koeman y al propio entrenador holandés durante meses y creyó que la victoria final y el regreso a la gloria estaban asegurados con Xavi.

Laporta no tuvo más remedio que contratar a Xavi cuando Koeman ya no aguantó más. Los resultados de Champions y la no celebración de la Liga 2022-2023 ya hizo presagiar que Xavi no era el hombre. Xavi sólo se salvará si gana partido a partido, pero otro Vallecas, en casa o fuera, significará su salida. El partido del domingo ante el Atlético es otra final para él.

Pero más allá de los resultados, hay que refundar el Barça. Y los socios, evidentemente, tienen la palabra. Ha llegado el momento en que sean ellos los que no se enroquen y se convenzan de que, siendo, efectivamente, los amos del club, han de propulsar, defender y desarrollar la idea de una transformación de la entidad.

Sin embargo, no se ve en el panorama actual a nadie con la capacidad operativa, con los conocimientos necesarios o adecuados para repensar el FC Barcelona. Es necesario más que nunca encontrar a esa persona.

Criticado en su momento y sin el respaldo de los socios, Ferran Soriano y la candidatura de Marc Ingla en 2010, ya ofrecía unas soluciones que no convencieron. Pero hay que reconocer que la puesta en práctica de sus 'power point' sí ha triunfado, y de qué manera, en Manchester.

Hay que saber leer el futuro y no cerrarse a las nuevas ideas si éstas llegan. Veamos qué nos depara la Liga, la Copa y la Champions. Agonizando partido a partido, el Barça sigue en “la pomada”, como dice Laporta. Pero muchas veces la pomada no es otra cosa que el remedio para cubrir las heridas. Y el Barça tiene que sanar sus profundas heridas financieras y sociales si quiere rejuvenecer y adecuarse a los nuevos tiempos.