Albert Montagut

Creo que todo el mundo estará de acuerdo en que la temporada del Girona FC está siendo maravillosa, a pesar del correctivo en el Bernabéu, y que la del FC Barcelona está siendo penosa. ¿Verdad? ¿Estamos de acuerdo?

Lo que resulta curioso es que si el Barça hubiera ganado al Granada CF estaría a sólo tres puntos del equipo que orbita en el universo del Manchester City, lo que no estaría mal del todo si tenemos en cuenta el maremágnum que está viviendo el FC Barcelona. A sólo tres puntos del Girona no era nada, aunque todo parezca un drama.

Explican algunos medios que Joan Laporta tiró una bandeja de canapés en Montjuïc al mostrarse contrariado con el resultado ante el Granada. De ser así, resulta embarazoso pensar en quien tuvo que recogerlos del suelo; también hace pensar que esa no es la mejor forma de enfrentarse a la situación actual, porque genera más nervios en el entorno. Más que nunca hay que tener autocontrol y paciencia.

Ya ha pasado el tiempo suficiente para no cargar con el muerto deportivo, social o financiero a las anteriores juntas, y que es la actual directiva la que a pleno rendimiento es la única responsable de lo que ocurre y lo que vaya a ocurrir. Se han desplegado pancartas eufóricas, ha habido fichajes, se ha dicho, hace bien poco, que ganaríamos la Liga y muchas más cosas. Un error.

De toda la crisis de juego lo que más desespera es que el hambre de fútbol y de victoria que tienen los otros equipos ni se percibe en el cuadro azulgrana. Las ganas de ganarle al Barcelona que esgrimen equipos muy inferiores son admirables.

No sé si Xavi, habiendo anunciado que se va, es la persona adecuada para seguir al frente del equipo. Acumula tantas tarjetas como goles de los equipos contrarios. Xavi está desencajado. Montjuïc es un campo fácil para cualquier equipo, y si ese equipo es el Real Madrid CF, el Girona FC o el Villarreal, ya me dirán. Ahí están los resultados.

Mucho le va costar al Barça enderezar la nave. Ha de visitar los campos más difíciles y Montjuïc es una nevera. Con nervios no se logrará revertir la situación. Y la situación del FC Barcelona no sólo es negativa en el juego del primer equipo, lo es social, financiera y patrimonial. Esta crisis sólo se arregla con un buen CEO -muy bueno- y una política de gobernanza clara, estricta y transparente.

Laporta está aún a tiempo de poner el club en manos de alguien que no tire las bandejas de canapés y que sea capas de, empezando desde cero, poner orden. Este club está desnortado. No es un critica a la directiva, es una realidad.

Son también culpables de esta situación todos aquellos pesados que durante años han estado machacando el tema del dichoso ADN Barça. Johan Cruyff y Pep Guardiola pudieron llevar al equipo a un modelo de juego porque tenían jugadores que se acomodaban a su visionario estilo. Sin Johan, sin Pep, y especialmente sin Leo Messi, hay que ganar mordiendo al rival, marcando goles y dejarse de florituras. Hay que pedir a Frenkie de Jong, Ikay Gündogan, Pedri y Robert Lewandowski que se pongan las pilas, que no pierdan tantos balones, que no corran tanto y chuten más a puerta. Solo valen ahora los goles, y para el resto, para salir del pozo, quizá se arreglaría con el fichaje de un CEO competente, solvente y transparente.