¿Cuándo empezó la destrucción de los paisajes de Aragón? ¿Quién o quiénes facilitaron legal y políticamente la mayor atrocidad cometida contra la región desde la invasión napoleónica en 1808? ¿Por qué nadie se opuso a un proyecto absolutamente innecesario y que sólo ha servido para destruir la última fuente posible de prosperidad de la provincia de Teruel? ¿Ha habido algún cerebro detrás de este proceso de menos de una década? ¿Ha habido una clave en la compra de la política de Aragón por Forestalia? ¿Desde qué instituciones se urdió la creación de infinitos parques eólicos? ¿Por qué el nuevo gobierno PP-Vox de Azcón, con la innecesaria presencia del PAR, la cara política de Forestalia a través del Inaga, sigue autorizando la construcción de nuevos parques, los cuatro últimos en las Cinco Villas? ¿Por qué se está destruyendo el turismo futuro de esta despoblada región a cambio de convertir Aragón en un inmenso parque de energía exportable?

Que la política la hacen las personas y no las masas, como predica el marxismo-leninismo, lo demuestra su propia historia: sin el afán de poder totalitario que llevó a Lenin a sucesivos golpes de Estado en Rusia (1905, julio y octubre de 1917) nunca hubiera nacido el régimen bolchevique. La absoluta falta de respeto por la vida y la propiedad de "los tontos rusos", como los llamaba Uliánov, es lo que produjo el régimen más sanguinario de toda la historia de la Humanidad, el comunismo: cien millones de muertos. Sin el desprecio por los aragoneses, propietarios, al menos, de sus paisajes, no se hubiera producido, ni se seguiría produciendo, este ecocidio criminal. Sin la codicia económica no sólo de una persona sino de toda una casta política descastada jamás se habría impulsado desde las propias instituciones aragonesas la destrucción estética, económica y social de la región, en especial de la provincia de Teruel.

Pues bien, como ha revelado esta semana Carlos Cuesta en LD, hay un nombre que está en los orígenes de este crimen medioambiental: Julio Tejedor. Él convenció a aquel analfabeto llamado Marcelino Iglesias para saltarse el llamado "veto eólico", que suspendía sabia y preventivamente la construcción de los parques de los llamados "molinillos", ahora molinazos de hasta doscientos metros de altura, promovidos por una sola empresa, la Forestalia de Fernando Samper, y con el apoyo de un solo partido, el PSOE de Aragón, bajo las presidencias de Iglesias y, especialmente, de Lambán.

Fue todavía bajo la presidencia de Iglesias cuando Tejedor logró el desbloqueo de 95 parques eólicos en la región. Y fue él, con el mismo cargo bajo la presidencia de Javier Lambán (2015-2021) el que convirtió el negocio particular de Forestalia, mediante el "pitufeo" de los concursos de "energías renovables" en una fuente de corrupción que ha manchado a casi todos los partidos políticos, ha roto la convivencia en centenares de ayuntamientos, ha destruido el paisaje de regiones especialmente protegidas, como las de Matarraña y la sierra de Albarracín, y ha destrozado sus posibilidades de construir un modelo de turismo de calidad que evitara la despoblación. Si en Aragón hay cada vez más molinos y menos niños no es sólo culpa de Tejedor, pero sin la tela de la que él fue araña, no habríamos llegado al vaciamiento acelerado de comarcas enteras.

Lo que convierte a Julio Tejedor no sólo en el gran impulsor de las llamadas energías renovables, sino en un modelo de la absoluta corrupción de lo público por lo privado y de lo privado por lo público. Al tiempo que promovía desde los gobiernos socialistas la lotería de Forestalia, compraba décimos para su fortuna. Hoy sabemos que trabaja como asesor de Samper, aunque no sabemos desde cuándo ni por cuánto. También sabemos que es asesor de Amazon Web Services, una de las empresas que más demandó la producción de energía por su otra empresa asesorada, Forestalia. Y como no era bastante su aportación desde lo legal y político, puramente público, a lo puramente privado y empresarial, también participa en el Clúster de la Energía de Aragón (CLENAR), dado que desde su salida del gobierno de Lambán, dos años antes de su caída, se dedicó a la Cátedra de Derecho en la Universidad de Zaragoza, cuya función es la de legitimar ese tinglado.

¿Desde cuándo trabaja realmente Julio Tejedor para Forestalia? ¿Por qué en los medios de comunicación aragoneses no se ha puesto el foco que sin duda merece esta figura excepcional, que conecta todos los ámbitos sin cuya estrecha relación no hubiera sido posible el actual destrozo del medio ambiente en las tres provincias, especialmente la de Teruel, la más vacía y la más accesible a la corrupción, con Forestalia y el Gobierno regional de la mano, ayuntamiento por ayuntamiento, para captar voluntades y asegurar el respaldo local a su negocio, como ha denunciado por propia experiencia el alcalde de Lidón y actual vicepresidente de la Diputación de Teruel?

Es verdad que, como dice Castillón, nunca se han vendido menos periódicos ni se han vendido más periodistas; también es muy cierto que Forestalia es un gran anunciante y más aún la Diputación General de Aragón, vulgo Degeá. Pero si en Teruel, como está sucediendo ahora mismo, y a una velocidad sólo comparable a la de los años sesenta, con la gran migración del campo a las ciudades, desaparece la población rural, no sé quién comprará periódicos, quién oirá la radio y verá la televisión. En realidad, al kiosko de la plaza del Torico apenas llega ya la prensa nacional. Y para cuando haya banda ancha en los Montes Universales, estarán vacíos.

Tal vez entonces, mirando hacia atrás con ira, alguno de mis paisanos se pregunte: ¿y a quién se le ocurrió la maldita invasión de los molinos y de las placas solares? ¿Quién empezó este negocio? Pues bien, es probable que se les ocurriera a varios, pero sólo una persona es el hilo de continuidad, por encima de gobiernos y partidos, de esta nefasta política. Se llama Julio Tejedor. Y muchos ni siquiera sabíamos de su existencia. Ahora queremos saber, y sabremos, más, muchísimo más.

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El tejido de la corrupción para destruir los paisajes de Aragón

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31.03.2024

¿Cuándo empezó la destrucción de los paisajes de Aragón? ¿Quién o quiénes facilitaron legal y políticamente la mayor atrocidad cometida contra la región desde la invasión napoleónica en 1808? ¿Por qué nadie se opuso a un proyecto absolutamente innecesario y que sólo ha servido para destruir la última fuente posible de prosperidad de la provincia de Teruel? ¿Ha habido algún cerebro detrás de este proceso de menos de una década? ¿Ha habido una clave en la compra de la política de Aragón por Forestalia? ¿Desde qué instituciones se urdió la creación de infinitos parques eólicos? ¿Por qué el nuevo gobierno PP-Vox de Azcón, con la innecesaria presencia del PAR, la cara política de Forestalia a través del Inaga, sigue autorizando la construcción de nuevos parques, los cuatro últimos en las Cinco Villas? ¿Por qué se está destruyendo el turismo futuro de esta despoblada región a cambio de convertir Aragón en un inmenso parque de energía exportable?

Que la política la hacen las personas y no las masas, como predica el marxismo-leninismo, lo demuestra su propia historia: sin el afán de poder totalitario que llevó a Lenin a sucesivos golpes de Estado en Rusia (1905, julio y octubre de 1917) nunca hubiera nacido el régimen bolchevique. La absoluta falta de respeto por la vida y la propiedad de "los tontos rusos", como los llamaba Uliánov, es lo que produjo el régimen más sanguinario de toda la historia de la Humanidad, el comunismo: cien millones de muertos. Sin el desprecio por los aragoneses, propietarios,........

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